¿Qué significa Mateo 22:43?
Jesús ha puesto a prueba a los fariseos después de que ellos intentaran hacer lo mismo con Él (Mateo 22:15, 34–35) y les está haciendo una pregunta. Parece una pregunta fácil a primera vista. Jesús les preguntó de quién era hijo el Cristo. Inmediatamente, todos respondieron que el Cristo es el hijo de David usando las Escrituras proféticas. Con esto quisieron decir que el Mesías descendería directamente del rey David (Isaías 11:1, 10; Jeremías 23:5; 33:15).Mateo demostró que Jesús era descendiente de David en el primer capítulo de su evangelio (Mateo 1:1, 17). Jesús no estaba en desacuerdo con ellos, pero les hizo una pregunta para complicar aún más la respuesta que le habían ofrecido. Su pregunta enfatiza la divinidad de Cristo e implica fuertemente el concepto al que ahora conocemos como la Trinidad.
Jesús les pregunta la razón por la que David, bajo la inspiración del Espíritu de Dios, llama a Cristo "Señor". Jesús cita el Salmo 110, el cual fue escrito por el rey David, durante el siguiente versículo. David escribió esas palabras "en el Espíritu". Jesús afirma que el Salmo 110 fue verdaderamente escrito por el rey David y que fue escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo tal y como fueron escritas todas las Escrituras (2 Timoteo 3:16–17).
En otras palabras, la pregunta de Jesús se centró en la razón por la que su antepasado, David, llamaría a su propio descendiente "Señor". Eso implicaría que Cristo era más importante que el rey David. La pregunta de Jesús implicaba que también era importante averiguar quién más consideraría que al Cristo se le podría llamar "Hijo".
Mateo 22:41–46 nos describe una situación en la que Jesús estaba poniendo a prueba a los fariseos, quienes habían intentado hacerlo con él antes. Jesús les pregunta retóricamente quién era el Mesías: ¿De quién es hijo? Sabiendo que contestarían correctamente que el Mesías es el Hijo de David. Jesús luego cita los Salmos y les pregunta por qué el rey David llamó al Cristo "mi Señor" si el Cristo era Su hijo. Aquí se nos plantea el tema de la divinidad de Cristo y esto dejó totalmente perplejos a los fariseos. Este incidente también se menciona en Marcos 12:35–37 y Lucas 20:41–44. De hecho, los líderes religiosos dejaron de hacerle preguntas a partir de este momento.
Jesús, quien estaba hablando con unos líderes religiosos que se habían enojado mucho por todo lo que había pasado, les contó una parábola que comparaba el reino de los cielos con un banquete de bodas al que acabaron asistiendo personas que no habían sido invitadas desde un principio. Jesús también responde a algunas de las preguntas-trampa que le hicieron sobre los impuestos, el matrimonio, la resurrección y la Ley de Moisés. Las respuestas que Jesús les dio se usan comúnmente en español como frases idiomáticas: "den al César…" y "porque son muchos los llamados, pero pocos los escogidos". Finalmente, Jesús preguntó sobre cómo podía ser el Mesías tanto el hijo de David como el Señor de David. Nadie pudo responderle, así que dejaron de desafiarlo en público.