¿Qué significa Mateo 22:13?
El concepto de ser arrojado a las "tinieblas de afuera", junto con el "llanto y el rechinar de dientes", es una expresión común que Jesús usaba para describir el juicio eterno de Dios (Mateo 8:12; 13:42, 50; 24:51; 25:30). En el contexto de esta parábola (Mateo 22:1–12), este iba a ser el destino de un hombre que había intentado asistir a la fiesta de bodas sin llevar ropa de boda. En realidad, no está claro lo que esto simboliza. Sin embargo, de alguna manera, este hombre parece representar a aquellos que creen que podrán entrar en el reino de los cielos sin cumplir con los estándares morales y espirituales de Dios.Sabemos por el resto del Nuevo Testamento que el estándar de Dios para entrar en Su presencia es alcanzar una justicia perfecta (Mateo 5:48; 19:17), y que ningún otro ser humano que no sea Jesús jamás ha logrado alcanzarla (Hebreos 4:15). Solo aquellos que se acercan a Dios cubiertos por la justicia de Jesús y teniendo fe en Él, recibirán la bienvenida de Dios a la eternidad a través de Su gracia (Romanos 3:21–31; 4:22–25). Por esta razón, algunos comentaristas sugieren que la ropa de bodas representa la justicia del Hijo del Rey, a quien el Rey amaba tanto (Isaías 61:10).
Mateo 22:1–14 contiene la parábola de Jesús sobre el banquete de bodas. Jesús compara el reino de los cielos con un rey que le preparó un banquete a su hijo. Los invitados que el rey eligió se negaron a ir, hasta el punto de incluso llegar a maltratar a sus mensajeros. Entonces, el rey llenó el salón de bodas de gente común que se encontró en la calle: personas que eran tanto malas como buenas. Sin embargo, uno de los invitados acaba siendo arrojado a las tinieblas por tratar de asistir a la fiesta sin haberse puesto ropa de boda. Jesús resume el mensaje con la famosa frase: "porque son muchos los llamados, pero pocos los escogidos". Esta parábola trata sobre la manera en que Israel rechazó al Mesías y sobre la salvación a través de la gracia. Esta parábola trata también sobre temas muy similares a los que se comparten durante la parábola del gran banquete (Lucas 14:12–24), aunque sí que hay algunas diferencias entre ellas.
Jesús, quien estaba hablando con unos líderes religiosos que se habían enojado mucho por todo lo que había pasado, les contó una parábola que comparaba el reino de los cielos con un banquete de bodas al que acabaron asistiendo personas que no habían sido invitadas desde un principio. Jesús también responde a algunas de las preguntas-trampa que le hicieron sobre los impuestos, el matrimonio, la resurrección y la Ley de Moisés. Las respuestas que Jesús les dio se usan comúnmente en español como frases idiomáticas: "den al César…" y "porque son muchos los llamados, pero pocos los escogidos". Finalmente, Jesús preguntó sobre cómo podía ser el Mesías tanto el hijo de David como el Señor de David. Nadie pudo responderle, así que dejaron de desafiarlo en público.