¿Qué significa Mateo 22:34?
Parece como si los diferentes grupos religiosos estuvieran entrando y saliendo de escena para a poner a prueba a Jesús, algo que nos recuerda un poco a los luchadores de lucha libre cuando se dan turnos para entrar a luchar en el ring. En cierto sentido, entonces, los enemigos de Cristo están haciendo lo mismo: entrando y saliendo de la batalla totalmente frustrados viendo que sus ataques no funcionaban.Los fariseos vieron que Jesús había terminado silenciando a los saduceos (Mateo 22:23–33). Su respuesta fue tan clara, correcta y profunda, que ya no pudieron decir nada más.
Quizás los fariseos se quedaron impresionados con esto. Los fariseos y los saduceos eran rivales y se sabe que debatían sobre el tema de la resurrección continuamente. La habilidad de Jesús para silenciarlos con Su sabiduría, lógica y revelación quizás provocó que los fariseos le hicieran una pregunta honesta, o tal vez lo entendieron como un desafío para intentar hacerlo mejor que los saduceos. La pregunta que hicieron a continuación tiene la intención de "poner a prueba" a Jesús (Mateo 22:35), pero en realidad no era una mala pregunta.
En cualquier caso, los fariseos se agruparon para elaborar una nueva forma de aproximarse a Jesús antes de elegir uno de los suyos para hacerle a Jesús otra pregunta.
Mateo 22:34–40 describe una pregunta que un fariseo le hizo a Jesús, un intérprete de la ley. En este contexto, esto significa que esta persona sabía muchísimo sobre el Antiguo Testamento. Entonces, este hombre le pregunta a Jesús cuál es el mandamiento más importante de la Ley. Jesús cita Deuteronomio 6:5, indicando que amar a Dios con todo lo que tenemos es el mandamiento más importante. Cristo entonces dice voluntariamente que el segundo mandamiento más importante está estrechamente relacionado con el primero: "amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas". Lucas 10:25–28 y Marcos 12:28–37 también nos describen esta situación.
Jesús, quien estaba hablando con unos líderes religiosos que se habían enojado mucho por todo lo que había pasado, les contó una parábola que comparaba el reino de los cielos con un banquete de bodas al que acabaron asistiendo personas que no habían sido invitadas desde un principio. Jesús también responde a algunas de las preguntas-trampa que le hicieron sobre los impuestos, el matrimonio, la resurrección y la Ley de Moisés. Las respuestas que Jesús les dio se usan comúnmente en español como frases idiomáticas: "den al César…" y "porque son muchos los llamados, pero pocos los escogidos". Finalmente, Jesús preguntó sobre cómo podía ser el Mesías tanto el hijo de David como el Señor de David. Nadie pudo responderle, así que dejaron de desafiarlo en público.