Capítulo
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Visión general de Hebreos

Tipo de libro: A veces etiquetado como una epístola general, alternativamente tratado como una carta separada; el decimonoveno libro del Nuevo Testamento; el libro quincuagésimo octavo de la Biblia.

Autor: Se desconoce el autor de este libro. No obstante, se han sugerido autores como Pablo, Lucas, Bernabé, Silas, Apolos y otros. La opinión más común es que la carta fue escrita por Pablo.

Audiencia: No se sabe mucho sobre la audiencia original de Hebreos. Aunque está dirigida a cristianos judíos y gentiles (ya que menciona al líder cristiano gentil Timoteo), gran parte del libro enfatiza el cristianismo en relación con las enseñanzas judías. El tema de la persecución es importante, y el sistema de sacrificios del templo parece estar todavía en práctica, lo cual indica que estamos hablando de un tiempo que se sitúa antes de la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C. Una audiencia probable podría haber sido los judíos conversos al cristianismo que vivían en Roma durante la persecución de los cristianos que Nerón lideró entre los años 64 y 68 d.C. La fecha más probable podría haber sido alrededor del año 67 d.C. cuando parte de la persecución ya había pasado y Timoteo había sido liberado de su estancia en prisión.

Fecha: Probablemente entre el 64 y el 68 d.C. durante la persecución que Nerón lideró en contra de los cristianos en Roma y durante la vida de Timoteo. Probablemente alrededor del año 67 d.C., después de que Timoteo fuera liberado de la cárcel.

Resumen: Los trece capítulos de Hebreos abordan cinco temas principales. El primer tema enseña la superioridad de Jesús (Hebreos 1:1—4: 13). Jesús es superior a los ángeles (Hebreos 1:1—2: 18), es más importante que Moisés (Hebreos 3) y ofrece un mejor "reposo" (Hebreos 4:1–13).

La segunda sección habla del sacerdocio de Jesús (Hebreos 4:13—7:28). Jesús mismo es un sumo sacerdote (Hebreos 4:14—5:10). A continuación, el autor aborda la necesidad de que tengamos una devoción total hacia Jesús (Hebreos 5:11—6: 20), terminando la sección con una discusión sobre el sacerdocio de Jesús en relación con Melquisedec (Hebreos 7).

La tercera sección se centra en el ministerio de Jesús como un sacerdote (Hebreos 8:1—10:18). Jesús ofrece un pacto mejor que todos los que vinieron antes (Hebreos 8), uno que también es superior al santuario mismo (Hebreos 9:1-12) y ofrece un mejor sacrificio (Hebreos 9:13-10:18).

La cuarta sección analiza los muchos privilegios que los creyentes pueden recibir a través de Jesús (Hebreos 10:19-12: 29). Primero se contrasta y se distingue la fe verdadera de la fe falsa (Hebreos 10:19-39), seguidas de una lista de los héroes de la fe en el capítulo 11. El capítulo 12 aborda la necesidad de perseverar en la fe mientras fijamos nuestros ojos en Jesús.

La quinta sección (Hebreos 13) termina con una discusión sobre cómo vivir por y para Jesús, en la que se habla sobre maneras en las que los creyentes deben tratar a los demás (Hebreos 13:1-9) y cómo deben relacionarse con el Señor (Hebreos 13:10-21).

Versículos clave (RVC)

Hebreos 1:1-2: Dios, que muchas veces y de distintas maneras habló en otros tiempos a nuestros padres por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio del Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y mediante el cual hizo el universo.

Hebreos 2:3: ¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor, y los que la oyeron nos la confirmaron.

Hebreos 4:12: La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que las espadas de dos filos, pues penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Hebreos 4:14-16: Por lo tanto, y ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, retengamos nuestra profesión de fe. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Por tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para cuando necesitemos ayuda.

Hebreos 11:1: Ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve.

Hebreos 12:1-2: Por lo tanto, también nosotros, que tenemos tan grande nube de testigos a nuestro alrededor, liberémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios.



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