¿Qué significa Génesis 44:6?
Los 11 hermanos de José acababan de comenzar su viaje de regreso a Canaán (Génesis 44:1–3) cuando el mayordomo de José los alcanzó (Génesis 44:4–5). Los hombres aún no se habían dado cuenta de que el influyente gobernador de Egipto era en realidad su propio hermano (Génesis 42:8).El mayordomo acusó a los hombres según las instrucciones que su amo le había dado, y los acusó por haber robado la copa de plata del gobernante egipcio. El mayordomo dijo que el gobernador egipcio, José, usaba esta copa para la "adivinación". Esta era una práctica que consistía en buscar respuestas sobrenaturales usando objetos comunes. Por supuesto, José no necesitaba hacer esto (Génesis 37:5–9; 41:25–28); sino que, debido a que la adivinación era una práctica común en Egipto, quería que sus hermanos siguieran estando confundidos acerca de su identidad real.
Esta noticia habría sido espantosa (Génesis 44:7). Pensando que su misión había terminado, los hermanos se estaban de nuevo en peligro. Una vez más, José los estaba poniendo a prueba para ver si habían cambiado.
Génesis 44:1–13 describe la prueba final que José les puso hermanos, esta vez usando una copa de plata. Después de una fiesta llena de alegría y buenos momentos, los hermanos de José, que aún no sabían nada de su identidad, comenzaron su vuelta a casa llenos de comida y dinero. José le ordenó al mayordomo de su casa que escondiera su copa personal en el saco de Benjamín. Poco después de que se fueran, José envió al mayordomo para que alcanzara a los hermanos cuando estaban a punto de salir de la ciudad. Una vez que encontraron la copa, todos los hermanos regresaron a la casa de José con gran dolor y frustración.
Once de los hijos de Jacob disfrutaron de una comida como invitados de honor en casa del gobernador egipcio. A la mañana siguiente, se dispusieron a volver a casa con toda la comida que necesitaban. Todo parece ir bien hasta que el mayordomo de la casa del gobernador los alcanzó cuando se encontraban de camino a casa y los acusó de haberle robado la valiosa copa de plata personal al gobernante egipcio. Los hermanos no sabían que este gobernador era José, el hermano al que vendieron como esclavo hacía ya unos veinte años. Tampoco saben que José le ordenó al mayordomo que pusiera la copa en el saco de Benjamín. Esto formaba parte de la prueba final que José les puso a sus hermanos, para ver si habían cambiado o no. Judá, quien no quería que Benjamín sufriera y acabara yendo a la cárcel, dio un poderoso discurso que tenía el objetivo de evitar que su padre Jacob tuviera que llorar la pérdida de otro de sus hijos. De este modo, Judá se ofreció a sí mismo como aquel que debía ser castigado por lo que Benjamín supuestamente había hecho.