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Génesis capitulo 40

La Biblia de las Américas

Nueva Biblia de las Américas

Nueva Versión Internacional

Reina-Valera 1960

Biblia del Jubileo

1Y aconteció después de estas cosas, que pecaron el maestresala del rey de Egipto, y el panadero, contra su señor el rey de Egipto. 2Y el Faraón se enojó contra sus dos oficiales, contra el principal de los maestresalas, y contra el principal de los panaderos; 3y los puso en la cárcel de la casa del capitán de los de la guardia, en la casa de la cárcel donde José estaba preso. 4Y el capitán de los de la guardia dio cargo de ellos a José, y él les servía; y estuvieron días en la cárcel. 5Y ambos a dos, el maestresala y el panadero del rey de Egipto, que estaban presos en la cárcel, soñaron un sueño, cada uno su sueño en una misma noche, cada uno conforme a la declaración de su sueño. 6Y vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes. 7Y él preguntó a aquellos oficiales del Faraón, que estaban con él en la cárcel de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros rostros? 8Y ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quién lo declare. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las declaraciones? Contádmelo ahora. 9Entonces el principal de los maestresalas contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí, 10y en la vid tres sarmientos; y ella como que florecía, salía su renuevo, maduraron sus racimos de uvas; 11y que el vaso de Faraón estaba en mi mano, y que yo tomaba las uvas, y las exprimía en el vaso del Faraón, y daba el vaso en la mano del Faraón. 12Y le dijo José: Esta es su declaración: Los tres sarmientos son tres días; 13al cabo de tres días el Faraón levantará tu cabeza, y te hará volver a tu asiento; y darás el vaso al Faraón en su mano, como solías cuando eras su maestresala. 14Por tanto te acordarás de mí dentro de ti cuando tuvieres bien, y te ruego que hagas conmigo misericordia, que hagas mención de mí al Faraón, y me saques de esta casa; 15porque he sido hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí porqué me hubiesen de poner en la cárcel. 16Y viendo el principal de los panaderos que había declarado para bien, dijo a José: También yo soñaba que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza; 17y en el canastillo más alto había de todas las viandas del Faraón, obra de panadero; y que las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza. 18Entonces respondió José, y dijo: Esta es su declaración: Los tres canastillos tres días son. 19Al cabo de tres días quitará el Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti. 20Y fue al tercer día el día del nacimiento del Faraón, e hizo banquete a todos sus siervos; y alzó la cabeza del príncipe de los maestresalas, y la cabeza del príncipe de los panaderos, entre sus siervos. 21E hizo volver a su oficio al príncipe de los maestresalas; y dio el vaso en mano del Faraón. 22Mas hizo colgar al príncipe de los panaderos, como le había declarado José. 23Y el príncipe de los maestresalas no se acordó de José, sino que se olvidó de él.

¿Qué significa Génesis capitulo 40?

José continuaba estando en una prisión especial cerca de la casa del capitán de la guardia (Génesis 39:11–20). Si bien el antiguo amo de José ocupaba ese cargo (Génesis 39:1), las Escrituras no usan el nombre de Potifar desde este momento en adelante. Por lo tanto, no está claro si Potifar todavía estaba desempeñando ese rol o si había sido reemplazado. Después de que José hubiera estado allí "algún tiempo", probablemente varios años, llegaron dos nuevos prisioneros. El faraón se había enfadado tanto con su jefe de los coperos como con su jefe de los panaderos, y los arrojó a la prisión, también llamada "el hoyo" o "el calabozo", donde estaba José. Génesis no nos dice cuáles fueron las ofensas que supuestamente habían cometido (Génesis 40:1–3).

La diligencia y el carácter de José lo llevaron a convertirse en alguien importante dentro de la cárcel (Génesis 39:21–23). José recibió la tarea de cuidar de estos dos nuevos hombres. Ellos, también, estuvieron en la cárcel durante "algún tiempo", probablemente esto se refiere a una serie de años en concreto. En un sistema legal dirigido por un dictador, los presos están sujetos a sus caprichos. Una noche, ambos hombres tuvieron varios sueños que los dejaron impactados. La religión egipcia se tomaba los sueños muy en serio, pero estos sueños fueron especialmente impactantes. Los hombres se quedaron tan perturbados por sus sueños que José se dio cuenta de que algo no andaba bien (Génesis 40:4–7).

En respuesta a su preocupación, José les aseguró que Dios podía interpretarles los sueños y que José les transmitiría su significado. El sueño del primer hombre involucraba tres vides muy productivas; José le explicó que el copero volvería a tener su trabajo anterior en solo tres días. Además, José le pidió al hombre que hablara con el faraón acerca de él. Aunque José aceptó la voluntad que Dios tenía para su vida, también reconoció la oportunidad que tuvo en ese momento para abogar por su liberación (Génesis 40:8–15).

El sueño del segundo hombre también implicaba que algo iba a pasar en tres días, pero no era algo bueno del todo. La expresión "levantar la cabeza" se refiere a una persona que está mirando hacia abajo, derrotado y lleno de vergüenza; en un momento, esta persona decide levantar la cabeza para volver a sentirse seguro y confiado (Salmo 3:3). El faraón les "levantará la cabeza" a los dos, pero quizás la expresión se le aplicó al panadero de una manera un poco más literal, ya que el panadero iba a ser ejecutado de inmediato y su cadáver se dejaría a la intemperie para que se pudriera (Génesis 40: 16–19).

Estas predicciones se cumplieron exactamente tal y como las había predicho José. Tres días después, el rey sacó a los dos hombres de la cárcel como parte de la celebración de su cumpleaños. Uno consiguió su antiguo puesto de trabajo, el otro fue asesinado y su cuerpo alimentó a los animales carroñeros. A pesar de esto, el copero no mencionó a José. Ya fuera por miedo, por precaución, o por algún otro motivo, no le dijo nada al faraón. Sin embargo, no se olvidó de José del todo, sino que se olvidó de lo que José le había pedido que hiciera por él (Génesis 40:20–23).

Pasarán otros dos años antes de que una situación en particular le hiciera recordar al copero que José estaba en la cárcel y que José tenía una habilidad increíble a la hora de interpretar sueños. (Génesis 41:1, 9–14).
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