¿Qué significa Mateo 27:53?
Varias cosas dramáticas sucedieron en los momentos posteriores a la muerte de Jesús. Uno fue un terremoto que aparentemente abrió las tumbas de muchos santos que habían muerto en el pasado de Israel (Mateo 27:50–52). Lo que la narración parece comunicarnos es que el terremoto perturbó los cuerpos de estos santos de alguna manera. Después de la resurrección de Jesús, estos santos se les aparecieron a muchas personas. Ya sea que cobraran vida en el momento en que Jesús murió, o que solo fueran descubiertos y luego resucitaran después de que Él resucitara, Mateo añade más detalles sobre esto. Mateo es el único escritor de los evangelios que describe este evento, pero no nos proporciona muchos detalles al respecto. Esto ha frustrado en gran manera a los estudiosos bíblicos durante muchos siglos, ya que el evento que se nos describe aquí naturalmente nos hace querer saber más detalles sobre lo que verdaderamente ocurrió.Los estudiosos de la Biblia nos sugieren dos posibilidades de cómo pudo haber pasado todo esto. Es posible que estas personas hubieran resucitado de la misma manera que lo hizo Lázaro, el amigo de Jesús. Lázaro volvió a la vida, una vida humana plena y saludable, pero no lo hizo en un cuerpo glorificado tal y como lo hizo Jesús. En otras palabras, Lázaro vivió por un tiempo y luego volvió a morir. Si eso fue lo que sucedió con estos santos, la "ciudad santa" se estaría refiriendo a Jerusalén, donde estos santos se les aparecieron a muchas personas comunes. Ver a los santos de Israel que habían muerto anteriormente habría causado un gran revuelo después de que Jesús mismo resucitara. Seguramente, lo que Cristo hizo provocó que muchas personas en Jerusalén pensaran y se asombraran ante el poder de Dios.
La otra posibilidad es que estas almas resucitadas regresaran en cuerpos glorificados tal y como lo hizo Jesús, y después de un tiempo se fueran hacia la "ciudad santa" del cielo. Antes de irse, se les aparecieron a muchos, pero cuando se fueron, no volvieron a morir y nunca más regresaron.
Otros sugieren que las afirmaciones de Mateo aquí son poéticas o simbólicas y no deben tomarse como parte de la narración literal de su evangelio. Esta es una interpretación extremadamente difícil de sustentar, dado que todo lo demás que dice Mateo en este pasaje se entiende como un pasaje literal. Otra sugerencia es que este incidente no formó parte del escrito original de Mateo en absoluto; sin embargo, no hay una evidencia textual clara que indique que alguien lo añadiera más tarde.
La interpretación más razonable es que este fue un evento real que sucedió tal y como lo describe Mateo. En última instancia, no tenemos muchos detalles sobre este evento, lo cual dificulta mucho el hecho de sacar conclusiones significativas al respecto.
Mateo 27:45–56 describe el momento en el que Jesús murió en la cruz. La oscuridad cayó sobre Israel cuando Jesús se acercó al momento de Su muerte. Jesús gritó las palabras del Salmo 22:1, que significan "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" Algunas personas que estaban cerca pensaron que él estaba llamando al profeta Elías para que viniera y lo salvara. Finalmente, Jesús murió. Inmediatamente, la enorme cortina del templo se rasgó en dos de arriba abajo. Los terremotos abrieron las tumbas de algunos de los santos de Israel, y luego resucitaron. Un centurión romano se sorprendió lo suficiente como para declarar que Jesús era el Hijo de Dios. Tres mujeres amigas de Jesús observaron todo esto desde la distancia.
Cuando Judas se enteró de que Jesús había sido condenado, se arrepintió de haber traicionado al Señor. Entonces, tiró el dinero que se había ganado haciéndolo y se ahorcó. Jesús se presentó ante Pilato, quien no pudo encontrar nada de qué acusarlo. Debido a esto, la gente comenzó a gritar para que liberaran a un asesino convicto en lugar de a Jesús. Un grupo de soldados se burló de Jesús y luego lo crucificaron. En la cruz, también se burlaron de él porque dijeron que no podía salvarse a sí mismo. Después de tres horas de una oscuridad intensa, Jesús murió, y fue enterrado por uno de Sus seguidores en una tumba que no había sido usada anteriormente. Para evitar que alguien robara el cuerpo, unos soldados se quedaron vigilando la tumba.