¿Qué significa Mateo 27:39?
Las víctimas de la crucifixión se convertían intencionalmente en un objeto de burlas públicas. Los seres humanos se sienten naturalmente atraídos a abusar de las personas que ellos consideran más débiles, especialmente si pueden acusarlos de haber hecho algo malo. Todo esto causó que existieran otros tipos de exhibiciones públicas de delincuentes, tales como el cepo: encerrar la cabeza y las manos de una persona en un marco de madera, obligándolos a soportar las risas y los abusos de quienes pasaban por allí.Las personas ejecutadas generalmente se colocaban donde podían verse fácilmente (Juan 19:20). La acusación que se escribió en la cruz de Jesús (Mateo 27:37) probablemente generara aún más burlas. Este tormento natural era parte de la humillación de la crucifixión, y fue una de las muchas razones por las que se consideraba una forma tan vergonzosa de quitarle la vida alguien.
El relato de Mateo se hace eco de fragmentos de los Salmos que describen el sufrimiento y la muerte del Mesías:
"Los que me ven, se burlan de mí;
me hacen muecas, sacuden la cabeza" (Salmo 22:7).
"Soy para la gente objeto de burla;
los que me ven, mueven burlones la cabeza" (Salmo 109:25).
En este caso, "sacudir la cabeza" parece indicarnos un gesto grosero o un movimiento burlón de la cara, lo cual iba acompañado de insultos, burlas y otros abusos. Sus comentarios en los siguientes versículos nos muestran el disgusto que estaban sintiendo por otro Mesías que ni siquiera era lo suficientemente poderoso como para evitar ser asesinado, y mucho menos liderar a la nación para derrotar a Roma.
La opinión que había en Jerusalén sobre Jesús estaba fuertemente dividida (Lucas 12:51; Juan 7:43; 9:16; 10:19). Es cierto que muchas personas habían incluso alabado a Jesús unos días antes durante lo que se conoce como la entrada triunfal (Mateo 21:8–11). Sin embargo, muchos otros le gritaron a Pilato que crucificara a Jesús hasta que el gobernador cedió y acabó haciéndolo (Mateo 27:21–26). Es posible que algunos amaban a Jesús y pensaban que iba a derrotar a Roma, y luego comenzaron a odiarlo cuando quedó claro que esto no iba a suceder. Otros seguramente despreciaban a cualquier persona que pusiera al pueblo judío en peligro.
En cualquier caso, Jesús estaba cumpliendo en ese momento exactamente lo que había venido a hacer (Filipenses 2:8; Mateo 16:21). Su voluntad a la hora de hacerlo (Mateo 26:39) hizo posible que los pecados de aquellos que se burlaron de Él fueran perdonados (Romanos 5:8–11).
Mateo 27:32–44 describe el camino que Jesús hizo hacia la cruz, mientras que un hombre llamado Simón de Cirene lo ayudó a hacerlo. Más tarde, le ofrecieron a Jesús un vino amargo, pero lo rechazó y entonces lo clavaron en la cruz. Los soldados hicieron apuestas por Su ropa, y pusieron un letrero un tanto sarcástico sobre él que decía "el Rey de los judíos". La gente que pasaba por allí, incluidos varios líderes religiosos judíos, se burlaron de Jesús por no haber podido salvarse a sí mismo. De hecho, incluso los criminales que fueron ejecutados a ambos lados de Jesús llegaron a insultaron. Marcos 15:20–32, Lucas 23:36–43 y Juan 19:16–27 hablan sobre este mismo evento.
Cuando Judas se enteró de que Jesús había sido condenado, se arrepintió de haber traicionado al Señor. Entonces, tiró el dinero que se había ganado haciéndolo y se ahorcó. Jesús se presentó ante Pilato, quien no pudo encontrar nada de qué acusarlo. Debido a esto, la gente comenzó a gritar para que liberaran a un asesino convicto en lugar de a Jesús. Un grupo de soldados se burló de Jesús y luego lo crucificaron. En la cruz, también se burlaron de él porque dijeron que no podía salvarse a sí mismo. Después de tres horas de una oscuridad intensa, Jesús murió, y fue enterrado por uno de Sus seguidores en una tumba que no había sido usada anteriormente. Para evitar que alguien robara el cuerpo, unos soldados se quedaron vigilando la tumba.