¿Qué significa Mateo 27:46?

En realidad, no se nos dice cómo reaccionaron las personas que se estaban burlando de Jesús mientras estaba colgado en la cruz (Mateo 27:35–44) y una oscuridad antinatural cayó sobre Israel. ¿Pensaron que esa oscuridad era la mano de Dios respondiendo a esta ejecución? ¿Se sintieron humillados por haber formado parte de la ejecución? ¿Dejaron de hablar, o se fueron? No lo sabemos con certeza ya que esos detalles no aparecen en el texto.

Sin embargo, la oscuridad terminó aproximadamente en el momento en que Jesús gritó en voz alta, hablando en arameo: "Eli, Eli, lema sabachthani?" Este es el primer versículo del Salmo 22, un salmo que hace muchas referencias que se relacionan con el momento de la crucifixión. Algunos creen que Jesús estaba afirmando que todo lo que le estaba pasando formaba parte de una profecía (Mateo 16:21; 26:53–54). Otros dicen que esas palabras quieren decir exactamente lo que comunican: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" Una frase desgarradora viniendo del Hijo de Dios.

Nuestra comprensión humana es muy limitada cuando se trata de definir la naturaleza exacta de Dios (Isaías 55:8–9). Parte de esa limitación se debe a que no comprendemos la Trinidad: la existencia de Dios como tres Personas en un solo Ser. También es muy difícil entender la manera en que el conocimiento y el poder infinitos de Dios fueron limitados de alguna manera durante Su encarnación (Juan 1:14). Sabemos que Jesús llegó a experimentar emociones y tentaciones humanas (Hebreos 4:15), y también sufrió una angustia horrible cuando comenzó a anticipar este momento (Mateo 26:38–44).

En realidad, no podemos saber con certeza lo que estaba sucediendo entre las Personas de la Trinidad en este momento. La forma en que se dice que Jesús "gritó" (Marcos 15:34) y la reacción de los espectadores nos sugiere que fue algo intenso. De alguna manera, Jesús estaba experimentando algún tipo de tensión en su conexión con Dios el Padre, y ese fue el mismo momento en el que asumió todos los pecados de la humanidad (2 Corintios 5:21; 2 Tesalonicenses 1:9; Habacuc 1:13; Juan 1:29).

¿Fue una sensación de "abandono" el sufrimiento más horrible que Jesús tuvo que experimentar? ¿Fue esto lo que le trajo tanta tristeza en el jardín de Getsemaní la noche anterior? Solo podemos especular, teniendo cuidado de no ir más allá de lo que las Escrituras realmente nos están diciendo (1 Corintios 4:6).