¿Qué significa Génesis 30:30?
Labán le ha dicho a Jacob que, en lugar de irse, debería elegir su propio salario para así seguir trabajando para él (Génesis 30:25–28). Jacob está comenzando a nombrar ese precio, y le habla a Labán sobre la necesidad que tenía de mantener a su propia familia.Jacob le recuerda a su suegro que antes de que llegara Jacob, no tenía muchas cosas. Labán ya ha dicho que él sabía que esto era cierto; esa es la razón por la que no quería que Jacob se fuera. Gracias a la bendición que el Señor le había dado a Jacob, Labán pudo prosperar, incluso sabiendo que Labán lo había traicionado (Génesis 29:18–30).
Pasara lo que pasase, ambos hombres sabían claramente que la riqueza de Labán y el éxito de Jacob con el ganado fueron el resultado de la bendición que Dios había puesto sobre Jacob. Cualesquiera que fueran sus motivos, ambos hombres estaban negociando desde una posición de fe en el poder de Dios y Su fidelidad a la hora de cumplir las promesas que le había hecho a Jacob.
Génesis 30:25–43describe la lucha de Jacob para convencer a Labán de que le permitiera regresar con su propio pueblo junto con sus esposas e hijos, a pesar de que sus 14 años de servicio se hubieran terminado. Labán le pidió a Jacob que él mismo eligiera un nuevo salario para que siguiera trabajando para él. Labán sabía que se había enriquecido gracias a la bendición que el Señor había puesto sobre Jacob. Jacob le pidió convertirse en el dueño de todas las nuevas ovejas y cabras descoloridas que nacieran del rebaño de Labán. Labán estuvo de acuerdo y rápidamente intentó engañar a Jacob de nuevo. Sin embargo, el Señor bendijo las prácticas de reproducción inusuales de Jacob, lo que provocó que nacieran tantos animales descoloridos en el rebaño de Jacob que se convirtió en un hombre rico por derecho propio. Por lo tanto, Jacob estaba más cerca que nunca de volver a la Tierra Prometida.
Dios es quien nos permite tener hijos. Dios incluso determina de qué color serán las ovejas y las cabras. Génesis 30 describe el deseo urgente de Raquel y Lea de tener hijos para poder ofrecérselos a Jacob y la manera en que Dios escucha y concede sus oraciones a Su debido tiempo. Además, Dios acaba bendiciendo las inusuales prácticas de Jacob a la hora de criar los rebaños de Labán, permitiéndole a Jacob deshacerse de los planes que Labán tenía para mantenerlo bajo su servicio tanto como le fuera posible.