¿Qué significa Génesis 30:11?
Después de tener cuatro hijos, Lea dejó de quedarse embarazada (Génesis 29:34–35). Esto era un problema para Lea, ya que tanto ella como Raquel consideraban su fertilidad como parte de una competencia para ganarse el afecto de Jacob (Génesis 30:8). Raquel respondió a su propia esterilidad personal utilizando a su sierva como una madre por adopción. Haciendo esto, Raquel —a través de Bilá— tuvo dos hijos. Lea, para no quedarse atrás, hizo lo mismo. Para seguir teniendo hijos, Lea siguió el ejemplo de su hermana y permitió que Zilpa, su propia sierva, se casara con Jacob. Tal y como en el caso de Raquel, Lea reclamaría a los hijos resultantes de ese matrimonio como si fueran suyos.Entonces, nació el séptimo hijo de Jacob, esta vez a través de Zilpa. Anteriormente, Lea nombró a sus hijos en reconocimiento a cómo Dios la había ayudado, y también eligió esos nombres para adorar a Dios. Esta vez, sin embargo, Lea nombró a su hijo Gad debido a la buena suerte que había tenido, y "buena suerte" era el significado literal de esta palabra en hebreo. Según algunos eruditos, Gad también podría haber sido una forma del nombre de un dios que era adorado localmente durante esta época, aunque esta no es una opinión frecuente entre los eruditos bíblicos. Sin embargo, la adoración de los dioses domésticos continuaba siendo parte de la práctica de la familia extendida de Jacob en esos momentos (Génesis 31:32).
Génesis 30:1–24 describe el nacimiento de ocho hijos más de Jacob, así como una hija. Raquel no podía tener hijos y por eso su criada finalmente le dio a Jacob dos hijos. Entonces, la criada de Lea también le dio a Jacob más hijos. Más tarde, la propia Lea llegó a tener tres hijos más. Finalmente, Dios recordó a Raquel. Raquel dio a luz a José, y le dio un nombre que se puede entender esencialmente como una oración que tenía el objetivo de que Dios le diera otro hijo más. Cuando termina este capítulo, Jacob tiene 11 hijos, al menos una hija y el plan de regresar a casa con su propia gente.
Dios es quien nos permite tener hijos. Dios incluso determina de qué color serán las ovejas y las cabras. Génesis 30 describe el deseo urgente de Raquel y Lea de tener hijos para poder ofrecérselos a Jacob y la manera en que Dios escucha y concede sus oraciones a Su debido tiempo. Además, Dios acaba bendiciendo las inusuales prácticas de Jacob a la hora de criar los rebaños de Labán, permitiéndole a Jacob deshacerse de los planes que Labán tenía para mantenerlo bajo su servicio tanto como le fuera posible.