¿Qué significa Génesis 30:26?
El tiempo que Jacob había acordado para servir a Labán se había terminado. Jacob había cumplido su compromiso de trabajar para su suegro otros siete años después de casarse con Lea y Raquel (Génesis 29:18–30). Jacob está ahora listo para llevarse a su familia y regresar a su tierra natal.Comenzó en el versículo anterior diciéndole a Labán: "déjame ir". Ahora Jacob continúa diciéndole: "entrégame a mis mujeres y mis hijos ". El texto parece querer que nos demos cuenta de que Jacob adoptó un tono más firme al dirigirse a Labán. Jacob era consciente de que Labán probablemente no quería perder la productividad de Jacob en el trabajo, ni tampoco la cercanía que tenía con sus hijas y sus nietos. Jacob también era consciente de que Labán podía ser muy astuto cuando quería algo, y era propenso a engañar a los demás para conseguir sus propósitos.
Jacob declaró claramente que había cumplido con los términos de su acuerdo, y también exigió claramente que Labán le diera a sus esposas e hijos a cambio de todos sus servicios. Es posible que hubiera habido algunas dudas legales sobre si, como si de una especie de siervo se tratara, Jacob habría tenido el derecho de poseer a su propia esposa e hijos una vez que dejara de servirle a su "amo".
Génesis 30:25–43describe la lucha de Jacob para convencer a Labán de que le permitiera regresar con su propio pueblo junto con sus esposas e hijos, a pesar de que sus 14 años de servicio se hubieran terminado. Labán le pidió a Jacob que él mismo eligiera un nuevo salario para que siguiera trabajando para él. Labán sabía que se había enriquecido gracias a la bendición que el Señor había puesto sobre Jacob. Jacob le pidió convertirse en el dueño de todas las nuevas ovejas y cabras descoloridas que nacieran del rebaño de Labán. Labán estuvo de acuerdo y rápidamente intentó engañar a Jacob de nuevo. Sin embargo, el Señor bendijo las prácticas de reproducción inusuales de Jacob, lo que provocó que nacieran tantos animales descoloridos en el rebaño de Jacob que se convirtió en un hombre rico por derecho propio. Por lo tanto, Jacob estaba más cerca que nunca de volver a la Tierra Prometida.
Dios es quien nos permite tener hijos. Dios incluso determina de qué color serán las ovejas y las cabras. Génesis 30 describe el deseo urgente de Raquel y Lea de tener hijos para poder ofrecérselos a Jacob y la manera en que Dios escucha y concede sus oraciones a Su debido tiempo. Además, Dios acaba bendiciendo las inusuales prácticas de Jacob a la hora de criar los rebaños de Labán, permitiéndole a Jacob deshacerse de los planes que Labán tenía para mantenerlo bajo su servicio tanto como le fuera posible.