Capítulo
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Marcos 14:40

LBLA Y vino de nuevo y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban muy cargados de sueño; y no sabían qué responderle.
NBLA Y vino Jesús de nuevo y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban muy cargados de sueño; y no sabían qué responder.
NVI Cuando volvió, los encontró dormidos otra vez, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle.
RV1960 Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle.
JBS Y vuelto, los halló otra vez durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados; y no sabían qué responderle.

¿Qué significa Marcos 14:40?

Jesús está orando en el huerto de Getsemaní la noche antes de la crucifixión. Jesús le ha pedido a Pedro, Jacobo y Juan que se queden despiertos dos veces, que velen y continúen orando (Marcos 14:34, 38). Jesús no les pide que oren por él, ya que Jesús sabe que Su futuro está decidido, incluso mientras ora para que Dios le ayudara a evitarlo (Marcos 14:35–36). En cambio, Jesús quiere que oren para que puedan resistir la tentación en el futuro (Marcos 14:38).

Una de las estrategias más efectivas de Satanás es hacer que nuestros "ojos pesen" ante su devastadora obra. Si bien es paranoico pensar que hay un demonio detrás de cada arbusto, también es una tontería ignorar la posibilidad de que nos estemos enfrentando a una guerra espiritual. Pablo dice "…no vaya a ser que Satanás se aproveche de nosotros, pues conocemos sus malignas intenciones" (2 Corintios 2:11). Pedro dice que "él anda como un león rugiente, buscando a quien devorar"(1 Pedro 5:8), mostrando que Satanás es estratégico en sus ataques. Sin duda, es más fácil atacar a alguien que no crea que seamos una amenaza, y por supuesto, es más fácil atacar a alguien cuando una persona está cansada después de un día largo y una buena comida, tal y como lo estaban los discípulos.

Por lo tanto, orarle a Dios constituye una fuerte defensa contra el enemigo. Después de la transfiguración, Jesús baja de la montaña con Pedro, Jacobo y Juan y se encuentra al resto de los discípulos discutiendo con los escribas porque los discípulos no pudieron liberar a un niño de un demonio peligroso (Marcos 9:14–18). Jesús expulsa al demonio y los discípulos le preguntan por qué no tenían poder para hacerlo. Jesús dice: "estos demonios no salen sino con oración" (Marcos 9:29).

La oración no está ahí solo para decirle a Dios lo que queremos o pedirle ayuda para recibir lo que desamemos, sino que también está diseñada para prepararnos contra las batallas espirituales. Dios está dispuesto a equiparnos para luchar contra la tentación y los efectos del enemigo. Por eso, debemos aprovechar Su oferta.
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