¿Qué significa Marcos 14:37?

Durante la noche antes de la crucifixión, Jesús le pide a Pedro, Juan y Jacobo que permanezcan despiertos y atentos mientras oraba (Marcos 14:34). Los discípulos han terminado la larga y pausada comida de Pascua y sus copas de vino con un paseo vespertino hacia el huerto de Getsemaní. Jesús está tan angustiado que siente que podría morir allí mismo (Marcos 14:34), y los discípulos están cansados.

Jesús les ha dicho a los discípulos que se dispersarán cuando sea arrestado (Marcos 14:27). De hecho, solo Juan será lo suficientemente devoto como para acercarse a la cruz con las mujeres (Juan 19:25–26); y Jesús ha profetizado que Pedro lo negará tres veces antes de que termine la noche (Marcos 14:29–31). Jesús también ha orado para que, aunque Pedro pierda su valor, no llegara a perder su fe (Lucas 22:32).

"Mantenerse despierto" viene de la raíz griega gregoreuo, que significa específicamente "prestar especial atención para que se pueda evitar o prevenir una tragedia catastrófica". Marcos 14:38 menciona específicamente que deben orar para evitar caer en la tentación. Los discípulos podían caer en la tentación de abandonar a Jesús (una tentación física y externa), pero también podían llegar a desesperarse, y de hecho lo acaban haciendo; el miedo que le tenían a los líderes judíos podría incluso llegar a eclipsar la confianza que debían mantener en Dios (Juan 20:19); e incluso podría darse el caso de que rechazaran la noticia de la resurrección de Jesús (Lucas 24:10–11) con tanta vehemencia como negaron las profecías de Su muerte (Marcos 8:31; 9:31; 10:32–34). Todas estas tentaciones son tentaciones más internas.

En la Biblia, los verbos que tratan sobre sentimientos y creencias se tratan como acciones. Todos nuestros pensamientos y creencias afectan directamente lo que hacemos. Toda fe que no da como resultado una acción externa no es una fe real, sino un autoengaño (Santiago 2:14–26). Los discípulos afirman seguir a Jesús, pero sus acciones aquí, durante la crucifixión y los días posteriores, demuestran lo contrario.