Capítulo
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Verso

Marcos capitulo 7

La Biblia de las Américas

8Dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres. 9También les decía: Astutamente violáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 10Porque Moisés dijo: “HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE ”; y: “EL QUE HABLE MAL DE su PADRE O DE su MADRE, QUE MUERA ;” 11pero vosotros decís: “Si un hombre dice al padre o a la madre: ‘Cualquier cosa mía con que pudieras beneficiarte es corbán (es decir, ofrenda a Dios)’”; 12ya no le dejáis hacer nada en favor de su padre o de su madre; 13invalidando así la palabra de Dios por vuestra tradición, la cual habéis transmitido, y hacéis muchas cosas semejantes a éstas. 14Y llamando de nuevo a la multitud, les decía: Escuchadme todos y entended: 15no hay nada fuera del hombre que al entrar en él pueda contaminarlo; sino que lo que sale de adentro del hombre es lo que contamina al hombre. 16 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga. 17Y cuando dejó a la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola. 18Y El les dijo: ¿También vosotros sois tan faltos de entendimiento? ¿No comprendéis que todo lo que de afuera entra al hombre no le puede contaminar, 19porque no entra en su corazón, sino en el estómago, y se elimina ? (Declarando así limpios todos los alimentos.) 20Y decía: Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. 21Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, 22avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. 23Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre.
Nueva Biblia de las Américas

Nueva Versión Internacional

Reina-Valera 1960

Biblia del Jubileo

1Y se juntaron a él fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; 2los cuales, viendo a algunos de sus discípulos comer pan con manos comunes, es a decir, no lavadas, los condenaban. 3(Porque los fariseos y todos los judíos, teniendo la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. 4Y volviendo de la plaza, si no se lavaren, no comen. Y muchas otras cosas hay, que tomaron para guardar, como las lavaduras de los vasos de beber, y de los jarros, y de los vasos de metal, y de los lechos.) 5Y le preguntaron los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos sin lavar? 6Y respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo con los labios me honra, Mas su corazón lejos está de mí. 7Y en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. 8Porque dejando el mandamiento de Dios, tenéis la tradición de los hombres: las lavaduras de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas. 9Les decía también: Bien; invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 10Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y: El que maldijera al padre o a la madre, morirá irremisiblemente. 11Y vosotros decís: Basta si dijere un hombre al padre o a la madre: Todo Corbán (quiere decir, don mío a Dios) todo aquello con que pudiera valerte; 12y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, 13invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que disteis; y muchas cosas hacéis semejantes a éstas. 14Y llamando a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended. 15Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; mas lo que sale de él, aquello es lo que contamina al hombre. 16Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 17Y dejando la multitud y entrándose en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. 18Y les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar? 19Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale el hombre a la secreta, y purga todas las viandas. 20Pero decía, que lo que del hombre sale, aquello contamina al hombre. 21Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, las desvergüenzas, el ojo maligno, las injurias, la soberbia, la insensatez. 23Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.

¿Qué significa Marcos capitulo 7?

El capítulo 7 de Marcos incluye relatos de enseñanzas, debates y milagros. En todas estas historias, Jesús enfatiza la importancia de los estándares morales de Dios por encima de la tradición del hombre, preparando el camino para la cultura de la iglesia, la cual vivirá creyendo que Jesús ha cumplido la Ley. La secuencia de Marcos 6:31–7:37 tiene un ligero paralelismo con Marcos 8:1–30, donde se menciona el hecho de alimentar a una multitud, cruzar el mar, tratar con los fariseos, enseñar sobre el pan, la curación y una confesión de Jesús acerca de que él es el Mesías.

Los escribas de Jerusalén se unen una vez más a los fariseos locales para debatir con Jesús (Marcos 3:22), y atacan a los discípulos, quienes no siguen la tradición de lavarse las manos antes de comer. Jesús responde con palabras fuertes, señalando que su tradición humana no es tan sagrada como ellos insisten que realmente es; incluso pueden usar sus estándares extra-bíblicos para negarse a cuidar a sus padres ancianos y parecer buenas personas mientras lo hacen.

Jesús luego le da a la gente una lección de ética, y les muestra exactamente por qué los fariseos están equivocados. Dios les dio a Moisés y a los israelitas leyes ceremoniales como una señal de que su cultura estaba muy alejada de la de las naciones paganas con las que interactuaban. También les dio leyes morales para distinguir entre el bien del mal y leyes civiles para hacer cumplir las leyes ceremoniales, leyes morales y hacer cumplir el orden general. Si bien estas leyes no se agrupan explícitamente como civiles, morales o ceremoniales, el contexto nos da una gran comprensión de cuáles representan preocupaciones terrenales y cuáles son expresiones del carácter de Dios. Dios nunca quiso que la gente honrara el aspecto ceremonial más que el principio moral detrás de cada ceremonia. Dios nunca tuvo la intención de que los líderes religiosos añadieran más leyes y usaran la ley ceremonial como justificación para descuidar la ley moral; y ciertamente Dios nunca tuvo la intención de que los líderes religiosos añadieran tradiciones que colocaran una pesada carga sobre la gente (Marcos 7:1–23).

La historia de la mujer sirofenicia es un tema que genera mucho debate, pero cuando se ve en el contexto del capítulo, tiene más sentido. Los fariseos valoran las tradiciones de lavarse y mantener un juramento a toda costa. Todos los judíos devotos valoran la tradición de evitar a los gentiles. Incluso el ministerio de Jesús en general está diseñado para alcanzar a los judíos y dejar el alcance de los gentiles para Pablo y los primeros miembros de la iglesia. El evangelio está destinado para los judíos primero. Sin embargo, cuando se enfrenta a una mujer gentil con una gran necesidad, Jesús renuncia a la tradición y realiza el acto moral de conceder su petición. La controversia de la historia surge a través de la forma en que se escenifica la interacción. Lo que algunos eruditos ven como algo desdeñoso e insultante también puede interpretarse como una astuta revelación de fe que los discípulos no pueden entender (Marcos 7:24–30). Después de enseñarles a los discípulos que el mandato de evitar a los gentiles va a desaparecer, Jesús viaja a través de las regiones gentiles de Tiro y Sidón, luego gira hacia el este y vuelve a entrar en Decápolis. El testimonio del hombre liberado de una legión de demonios ha cumplido su función y la gente está mucho más dispuesta y abierta a estar con él, y le traen un hombre sordo y mudo a quien acaba sanando (Marcos 7:31–37).

Jesús comenzó el debate de "tradición contra argumento moral" con los fariseos al principio de su ministerio cuando defendió a Sus discípulos mientras recogían espigas durante el sábado. Es interesante notar que las tradiciones que los fariseos valoran sirven para hacer que se luzcan más que para adorar a Dios. En la actualidad, seguimos discutiendo sobre la tradición, por ejemplo, cómo debe vestirse un pastor, qué canciones debemos cantar, qué instrumentos debemos usar, si debemos celebrar la Navidad… Normalmente nos olvidamos de que la tradición es simplemente una herramienta opcional diseñada para dirigirnos hacia Dios. La tradición nunca tiene la intención de reemplazar la obediencia a la ley de Dios para amarlo a él y a los demás. Cuando lo hace, se convierte en un ídolo.
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