Capítulo
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Marcos capitulo 9

La Biblia de las Américas

14 Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos. 15Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida, y corriendo hacia El, le saludaban. 16Y El les preguntó: ¿Qué discutís con ellos? 17Y uno de la multitud le respondió: Maestro, te traje a mi hijo que tiene un espíritu mudo, 18y siempre que se apodera de él, lo derriba, y echa espumarajos, cruje los dientes y se va consumiendo. Y dije a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron. 19Respondiéndoles Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? ¡Traédmelo! 20Y se lo trajeron. Y cuando el espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al muchacho, y éste, cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos. 21Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él respondió: Desde su niñez. 22Y muchas veces lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos. 23Jesús le dijo: “¿Cómo si tú puedes?” Todas las cosas son posibles para el que cree. 24Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad. 25Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él. 26Y después de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones, salió: y el muchacho quedó como muerto, tanto, que la mayoría de ellos decían: ¡Está muerto! 27Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie. 28Cuando entró Jesús en la casa, sus discípulos le preguntaban en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 29Y El les dijo: Esta clase con nada puede salir, sino con oración.
Nueva Biblia de las Américas

Nueva Versión Internacional

Reina-Valera 1960

14Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. 15Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. 16Él les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? 17Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, 18el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. 19Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. 20Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. 21Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 22Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. 23Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 24E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. 25Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. 26Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. 27Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. 28Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? 29Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
Biblia del Jubileo

14Y como vino a los discípulos, vio gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. 15Y luego toda la multitud, viéndole, se espantó, y corriendo a él, le saludaron. 16Y preguntó a los escribas: ¿Qué disputáis con ellos? 17Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, 18el cual, dondequiera que le toma, le despedaza; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron. 19Y respondiendo él, le dijo: ¡Oh generación infiel! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tengo de sufrir? Traédmelo. 20Y se lo trajeron; y cuando le vio, luego el espíritu le desgarraba; y cayendo en tierra, se revolcaba, echando espumarajos. 21Y Jesús preguntó a su padre: ¿Cuánto tiempo hace que le aconteció esto? Y él dijo: Desde niño; 22y muchas veces le echa en el fuego y en aguas, para matarle; mas, si puedes algo, ayúdanos, teniendo misericordia de nosotros. 23Y Jesús le dijo: Si puedes creer esto, al que cree todo es posible. 24Y luego el padre del muchacho dijo clamando con lágrimas: Creo, Señor, ayuda a mi incredulidad. 25Cuando Jesús vio que la multitud concurría, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. 26Entonces el espíritu clamando y desgarrándole mucho, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían que era muerto. 27Pero Jesús tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. 28Y como él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? 29Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.

¿Qué significa Marcos capitulo 9?

En Marcos 9, entre otras cosas, Jesús les enseña a los discípulos sobre el liderazgo en Su reino. El liderazgo comienza con conocer a quién estamos siguiendo. Jesús es el Hijo de Dios (Juan 1:14), quien posee todo el honor y la gloria de Dios. Jesús es el Hijo del Hombre de Daniel (Daniel 7:13–14), el Mesías judío, pero también es el siervo sufriente de Isaías (Isaías 53) que sería torturado y asesinado por Su creación (Juan 1:3). El reino de Jesús todavía no llegaría a ser una poderosa fuerza política terrenal, sino un gran sacrificio y luego una obra silenciosa en los corazones de Sus seguidores. Los discípulos deben dejar de lado los sueños de grandeza política y aprender a liderar mediante el servicio.

Desde Marcos 7:24, Jesús ha estado principalmente en territorio gentil, tanto al noroeste (Marcos 7:24) como al este (Marcos 7:31) de Galilea. Luego se llevó a los discípulos hacia el norte (Marcos 8:27), todavía tratando de evitar las multitudes para poder entrenar a los discípulos sin distracciones.

Pedro, Jacobo y Juan se unen a Jesús en una montaña para recibir un entrenamiento especial. Allí, Jesús se transfigura, Su santidad se muestra de una manera tan grandiosa que los tres seguidores están aterrorizados al mirarlo. Elías y Moisés se encuentran con Jesús en la colina, y Dios afirma que Jesús es Su Hijo. Después de que Moisés y Elías se van, los discípulos le preguntan por Elías. Tanto el Antiguo Testamento como la enseñanza rabínica dicen que el profeta del Antiguo Testamento regresará al final de los días, pero Jesús explica que Elías ya ha venido, en la forma de Juan el Bautista. Un evento que les debería haber revelado a los discípulos que Jesús es Dios los deja más confundidos que nunca acerca de por qué Jesús está allí. (Marcos 9:2–13).

Jesús, Pedro, Jacobo y Juan bajan de la montaña y se encuentran a los discípulos restantes discutiendo con los escribas judíos. A pesar de la experiencia anterior de expulsar demonios (Marcos 6:7–13), los discípulos no pueden rescatar a un niño poseído. Jesús les revela que toda la situación está marcada por la falta de fe y la vida de oración descuidada de los discípulos. (Marcos 9:14–29).

Durante el resto del capítulo, Jesús básicamente trata de enseñarles a los discípulos cómo se supone que deberían ser sus seguidores. Primero, debe ser asesinado y resucitado, una profecía que choca completamente con sus creencias victoriosas de los últimos tiempos. Incapaces de comprender lo que está diciendo, los discípulos se aferran a la creencia de que él, el Mesías, rescatará a Israel e instalará un nuevo reino. Con ese fin, comienzan a competir por un puesto en ese reino. Jesús los corta, diciéndoles que el liderazgo en Su reino no se trata de poder, sino de servicio a los más débiles (Marcos 9:30–37).

El tema se amplía cuando Juan le dice que trataron de detener a un hombre que estaba expulsando a demonios en el nombre de Jesús porque no lo conocían. Jesús explica que el hecho de que el hombre tuviera suficiente fe para invocar Su nombre prueba que no es un extraño para el reino, incluso si los discípulos no lo reconocen. Los discípulos, particularmente Pedro (Gálatas 2:11–14), continuarán esforzándose para entender esta verdad cuando los gentiles se unan a la iglesia (Marcos 9:38–41).

A lo largo de Su ministerio, Jesús ha condenado a los fariseos por imponer cargas legalistas innecesarias sobre la gente e incluso llevarlos hacia el pecado (Marcos 7:9–13). Jesús explica que las personas que son verdaderamente piadosas, especialmente los líderes, deben vivir una vida recta mientras sirven a los demás y los protegen de cualquier oportunidad que pudiera llevarlos hacia el pecado. Finalmente, Sus seguidores iban a ser retados y purificados, para que solo quedara lo mejor que hubiera de entro de ellos. Sin embargo, la impecabilidad es imposible, no importa cuán disciplinados podamos llegar a ser. Como en Mateo 5, las enseñanzas de Jesús ayudan a los discípulos, y nos ayudan a nosotros, a darnos cuenta de cuánto necesitamos Su gracia salvadora (Marcos 9:42–50).
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