¿Qué significa Génesis 32:31?
La larga noche de Jacob finalmente había llegado a su fin. Jacob ya sabía que su hermano se estaba acercando junto con otros 400 hombres (Génesis 32:6) y preparó un lujoso desfile de regalos para mitigar la ira de Esaú, en el caso de que todavía la tuviera (Génesis 27:41–45). Después de enviar a su familia a través de un río, Jacob se encontró luchando con un misterioso oponente. A pesar de estar gravemente herido (Génesis 32:25), Jacob se negó a someterse y, en cambio, le exigió una bendición. El hombre exigió saber el nombre de Jacob, y le dio la oportunidad de ser honesto a alguien que tenía la reputación de haber estado mintiendo continuamente. Jacob dijo la verdad y Dios le cambió el nombre a Israel.Esta lesión no parecía ser algo menor. Este versículo no solo hace hincapié en decir que Jacob estaba cojeando, sino que el siguiente versículo nos indica que sus descendientes conmemoraron este momento y decidieron dejar de comerse los tendones de las caderas. Las dislocaciones pueden, de hecho, causar daños permanentes. Por lo tanto, no es improbable que esta larga lucha que había durado hasta el amanecer llegara a afectarle a Jacob permanentemente tanto espiritual como físicamente.
Cuando salió el sol, Jacob pasó cojeando por el lugar que ahora había rebautizado con el nombre de Peniel, el cual reflejaba el momento en el que se había encontrado cara a cara con Dios y se había salvado de la muerte (Génesis 32:30). Después de todo esto, Jacob estaba listo para reunirse con su familia y mostrarle su rostro a su hermano gemelo Esaú. Es probable que su miedo hubiera disminuido enormemente, ya que había sobrevivido a un encuentro mucho más mortífero y había recibido un nuevo nombre y una bendición de Dios.
Génesis 32:22–32 describe una pelea que Jacob no esperaba tener. Mientras se preparaba con miedo para encontrarse con su hermano Esaú, Jacob de pronto se encontró luchando con un extraño desconocido en medio de la oscuridad, y luchó con este hombre misterioso durante gran parte de la noche. Al acercarse la mañana, el hombre le dislocó la cadera a Jacob. Jacob se dio cuenta de que su oponente era un ser divino y le pidió que lo bendijera. Poéticamente, Dios insistió en que Jacob, quien era conocido por sus engaños y mentiras, se identificara primero. Después de que Jacob respondiera honestamente a Su pregunta, Dios le cambió su nombre, le puso Israel y lo bendijo. Cuando salió el sol, Jacob cojeó de camino para reunirse con su familia y finalmente encontrarse con su hermano.
A medida que Jacob se alejaba de Labán y regresaba a su propio país, estaba más cerca de enfrentarse a otro posible conflicto. Su hermano gemelo Esaú se estaba acercando con 400 hombres. Jacob temía que este grupo estuviera viniendo para vengarse por haberle robado a Esaú la bendición familiar 20 años antes. Jacob tenía tanto miedo que dividió su compañía en dos bandos, y oró para que Dios lo ayudara. También preparó un enorme regalo para apaciguar a Esaú. Finalmente, mientras estaba solo en la oscuridad, Jacob se vio inesperadamente obligado a luchar contra un hombre misterioso, quien resultó ser Dios mismo personificado de alguna manera. En un momento profundo de simbolismo, Dios le obligó a Jacob a decir su propio nombre, y finalmente Dios se lo cambió, y le puso de nombre Israel.