Génesis 27:28

LBLA Dios te dé, pues, del rocío del cielo, y de la grosura de la tierra, y abundancia de grano y de mosto.
NBLA “Dios te dé, pues, del rocío del cielo, Y de la riqueza de la tierra, Y abundancia de grano y de vino nuevo.
NVI Que Dios te conceda el rocío del cielo; que de la riqueza de la tierra te dé trigo y vino en abundancia.
RV1960 Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto.
JBS Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto.

¿Qué significa Génesis 27:28?

Isaac finalmente le confiere su bendición oficial, la bendición familiar, a Jacob (Génesis 27:1–5). Isaac tenía la intención de darle esta bendición a Esaú, por supuesto (Génesis 25:28), pero Rebeca y Jacob lograron engañar a Isaac haciéndole creer que estaba haciendo precisamente eso (Génesis 27:6–10).

Esto nos plantea una pregunta: ¿es una bendición de estas características algo que se puede pasar por error de un padre a un hijo equivocado? ¿Son las palabras de la bendición como un hechizo que se puede pronunciar solo una vez y luego se gastan? Más aún, ¿puede el Dios que cumplirá esta bendición ser manipulado tan fácilmente?

La respuesta, por supuesto, es no. Tal y como ya se ha demostrado, Dios había planeado todo esto desde el principio para Jacob. El oráculo que Dios le dio a Rebeca antes del nacimiento de sus hijos establecía claramente que el mayor, Esaú, serviría al menor de los hermanos, Jacob (Génesis 25:23). Rebeca se había aferrado a esa revelación todo el tiempo. Al parecer, Isaac, aparentemente, no lo había aceptado. Por lo tanto, Rebeca lo ha engañado para que hiciera lo que Dios le había dicho que sucedería en primer lugar. Sin embargo, esta no es una buena elección por su parte; una de las consecuencias que vendrán de este acto de fraude será que nunca más volvería a ver a Jacob (Génesis 27:43–44).

Aquí, Isaac, al ser el patriarca de la familia que mantenía el pacto con Dios, está orando para que Jacob fuera bendecido con riquezas como el rocío del cielo, es decir, humedad para las cosechas, la grosura de la tierra, y trigo y vino en abundancia.
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Resumen de contexto
Génesis 27:1–29 describe la manera en que la bendición de la familia de Abrahán pasó a descansar en Jacob, el segundo hijo de Isaac, en lugar de hacerlo sobre Esaú, su primogénito. Isaac tenía la intención de bendecir a su hijo favorito, Esaú. Entonces, Rebeca le ordenó a Jacob que se hiciera pasar por Esaú para obtener la bendición para sí mismo. Isaac casi se dio cuenta de toda esta trama, pero finalmente, el olor de la ropa Esaú que Jacob se había puesto, y la piel de cabra peluda, que se parecía a la piel Esaú, lo convenció de que Jacob era de hecho Esaú. Isaac finalmente bendijo a Jacob, una bendición que será crucial en el desarrollo del plan divino de Dios en el futuro.
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Resumen del capítulo
El plan de Isaac de bendecir a su hijo favorito, Esaú, se vio frustrado por las acciones de Rebeca, la esposa de Isaac, y las de su otro hijo, Jacob. Jacob se hizo pasar por Esaú para así recibir la bendición de su padre Isaac. La oración de bendición para Jacob, de la cual formaban parte tanto riquezas como el dominio sobre todos sus hermanos, se acabó cumpliendo aún habiendo comenzado de la manera que lo hizo. Esaú se quedará con una bendición que nos sonará más como una maldición y finalmente hará un plan para asesinar a su hermano. Debido a esto, Jacob se verá obligado a huir para así conservar su vida.
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¿Qué es el evangelio?
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