¿Qué significa Mateo 26:57?
Liderados por Judas (Mateo 26:25), el traidor (Mateo 26:48), un grupo de soldados romanos y guardias judíos del templo apresaron y ataron a Jesús (Juan 18:12). Después, se lo llevaron a la casa del sumo sacerdote Caifás. Al mismo tiempo, los miembros del cuerpo gobernante judío, el Sanedrín, se estaban reuniendo en otra parte de la mansión de Caifás para hablar sobre Jesús.Mateo no registra la primera entrevista que Jesús tuvo con Anás, el anterior sumo sacerdote antes de que Caifás desempeñara su puesto. Anás era el suegro de Caifás. Las autoridades seculares lo habían destituido de su cargo y muchos judíos aún lo consideraban el "verdadero" sumo sacerdote. Jesús acabó compareciendo ante estos dos hombres, probablemente para obtener un veredicto de culpabilidad por parte de todos los que tenían alguna autoridad antes de que la gente pudiera objetar de alguna manera en contra del arresto y el juicio de Jesús.
Juan registra la breve primera entrevista que Jesús tuvo con Anás antes de que lo enviaran a ver Caifás. Anás le preguntó a Jesús acerca de Sus enseñanzas. Jesús respondió que Él había enseñado abiertamente y en público para que todos lo escucharan, sugiriendo con eso que Anás podía preguntarles a los demás acerca de las enseñanzas que había compartido. En ese momento, uno de los oficiales golpeó a Jesús por haberle respondido con esa falta de respeto. Jesús desafió a ese hombre y Anás envió a Jesús a comparecer ante Caifás, el sumo sacerdote que había sido designado por los romanos (Juan 18:19–24).
Mateo 26:57–68 nos describe el juicio falso que le hicieron a Jesús ante los miembros del cuerpo gobernante judío. Algunos testigos falsos acusaron a Jesús de crímenes que, según ellos, eran dignos de pena de muerte, pero al final no pudieron hacerlo. Finalmente, el sumo sacerdote desafió a Jesús y le preguntó si él era el Mesías y el Hijo de Dios. Jesús dijo que sí, e incluso añadió más detalles al respecto, lo que provocó que el sumo sacerdote y el consejo llegaran a la conclusión de que Jesús era culpable de blasfemia y lo condenaron a muerte. Marcos 14:53–65, Lucas 22:63–71, Juan 18:12–14 y Juan 18:19–24 también nos dan diferentes perspectivas sobre todos estos eventos.
Los líderes religiosos judíos conspiraron juntos para arrestar y matar a Jesús, y Judas Iscariote los ayudó, quien decidió traicionar voluntariamente a Jesús. Una mujer unge a Cristo con aceite durante una cena en Betania. A continuación, Jesús y los discípulos celebran la cena de Pascua en un aposento alto donde Jesús predice que lo iban a arrestar e introduce el sacramento de la comunión. Entonces Jesús ora con una agonía inimaginable en el jardín de Getsemaní antes de ser traicionado por Judas y ser capturado por los líderes judíos. Los discípulos acaban dispersándose. Jesús afirma explícitamente ser divino ante el sumo sacerdote, y finalmente lo declaran culpable de blasfemia y lo sentencian a muerte. Mientras esto sucede, Pedro niega conocer a Jesús hasta tres veces y huye de la escena avergonzado.