¿Qué significa Mateo 26:56?
Jesús les dijo a Sus propios discípulos que no se pelearan para defenderlo y evitar que fuera arrestado (Mateo 26:51–54), y ahora se ha burlado de los que habían venido a arrestarlo. De hecho, trajeron a un ejército en miniatura, con palos y espadas, como si en realidad necesitaran todo eso para capturar a algún bandido violento. Cristo estaba dejando claro que se iría con ellos de buena gana (Filipenses 2:8; Mateo 26:42).Al menos una de las razones para decir todo esto era evitar que alguien más saliera lastimado. Juan dijo que Jesús se identificó claramente y les dijo a los que habían venido a arrestarlo que dejaran que Sus discípulos se marcharan (Juan 18:8). De la misma manera, Jesús sanó al hombre al que Pedro había herido y le dijo a Pedro y a los demás que no se pelearan (Lucas 22:51).
Finalmente, Jesús les enfatizó a todos los presentes que Su arresto y los eventos que vendrían después estaban cumpliendo las Escrituras de los profetas; todo estaba pasando según lo planeado: este es el momento que Dios había ideado desde el principio. Jesús no lo iba a detener, ya que había venido para pasar por todo eso (Juan 18:36–37).
Ante esas palabras, todos los discípulos se dispersaron en la oscuridad. Mateo dice que "lo abandonaron y huyeron". Esto es lo que Jesús dijo que iban a hacer unas horas antes (Mateo 26:31). Esta es una reacción natural al verse en frente de una multitud que estaba a punto de arrestarlos. Sin embargo, está claro que Jesús quería que los discípulos se fueran por su propia seguridad. De hecho, en unas pocas semanas, ellos mismos comenzarían a desempeñar el trabajo para el cual Jesús los había estado entrenado (Juan 16:12–15).
En ese momento, sin embargo, los discípulos estaban en peligro debido a su asociación con Jesús, y al final llegarían a experimentar la confusión y la tristeza que vinieron después de Su arresto y condena (Juan 20:19).
Mateo 26:47–56 nos describe la escena de la traición y el arresto de Jesús en el jardín de Getsemaní. Judas llegó al frente de una multitud armada de soldados, guardias del templo y otros. Judas identificó a Jesús ante la multitud dándole un beso de amigo. Pedro (Juan 18:10) tomó una espada y le cortó la oreja a un hombre queriendo defender a Jesús, pero en realidad hizo algo que Jesús no quería que hiciese. Jesús le dijo que guardara la espada. Si Jesús quisiera salvarse, se lo podía pedir a Dios Padre y llegarían 12 legiones de ángeles para ayudarlo. Sin embargo, Jesús no se iba a resistir. Las Escrituras de los profetas debían cumplirse. Este pasaje es similar a los que aparecen en Marcos 14:43–50, Lucas 22:47–53 y Juan 18:1–11.
Los líderes religiosos judíos conspiraron juntos para arrestar y matar a Jesús, y Judas Iscariote los ayudó, quien decidió traicionar voluntariamente a Jesús. Una mujer unge a Cristo con aceite durante una cena en Betania. A continuación, Jesús y los discípulos celebran la cena de Pascua en un aposento alto donde Jesús predice que lo iban a arrestar e introduce el sacramento de la comunión. Entonces Jesús ora con una agonía inimaginable en el jardín de Getsemaní antes de ser traicionado por Judas y ser capturado por los líderes judíos. Los discípulos acaban dispersándose. Jesús afirma explícitamente ser divino ante el sumo sacerdote, y finalmente lo declaran culpable de blasfemia y lo sentencian a muerte. Mientras esto sucede, Pedro niega conocer a Jesús hasta tres veces y huye de la escena avergonzado.