¿Qué significa Mateo 26:49?
Judas Iscariote se ganó de sobra el nombre que ha llevado a lo largo de la historia. Jesús y Mateo lo llamaron "traidor" (Mateo 26:46, 48) y es ahora cuando lo vemos desempeñando ese papel. Judas lo había organizado todo (Mateo 26:14–16) aunque por razones que no están del todo claras; de hecho, le pagaron por su traición, pero no una cantidad escandalosa. Quizás Judas se desilusionó al darse cuenta de que Cristo no iba a empezar una rebelión contra Roma, y comenzaron a surgirle las dudas. También pudo ser una combinación de codicia, decepción y desprecio. Todo lo que sabemos con certeza es que Satanás tentó a Judas, uno de los compañeros más cercanos de Cristo, para que se lo entregara a las autoridades y lo mataran (Juan 13:2, 26–27).La señal que Judas usó para identificar a Jesús fue arreglada de antemano (Mateo 26:48). Jesús era conocido por su nombre y por su reputación, pero en esa época no había fotografías, ni tampoco había gente que vistiera de tal forma que fuera reconocible al instante. Probablemente, esas fueron algunas de las razones por las que Judas necesitó, no solo decirles donde estaría Jesús, sino ir Él mismo para identificarlo.
El beso de Judas hizo que ese momento se volviera más horrible y odioso de lo que debía serlo. En esa cultura, un "beso" era una expresión de confianza mutua y amistad, y las palabras que Judas dijo normalmente se usaban para mostrarle respeto a los demás. Otros escritores de los evangelios nos ofrecen más detalles al respecto. Lucas nos informa (Lucas 22:48) de que Jesús le preguntó enfáticamente: "Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?" Jesús quería asegurarse de que Judas supiera a ciencia cierta lo que en realidad estaba haciendo: no solo estaba actuando como un traidor, sino que también lo hizo fingiendo que amaba a Jesús al mismo tiempo.
Mateo 26:47–56 nos describe la escena de la traición y el arresto de Jesús en el jardín de Getsemaní. Judas llegó al frente de una multitud armada de soldados, guardias del templo y otros. Judas identificó a Jesús ante la multitud dándole un beso de amigo. Pedro (Juan 18:10) tomó una espada y le cortó la oreja a un hombre queriendo defender a Jesús, pero en realidad hizo algo que Jesús no quería que hiciese. Jesús le dijo que guardara la espada. Si Jesús quisiera salvarse, se lo podía pedir a Dios Padre y llegarían 12 legiones de ángeles para ayudarlo. Sin embargo, Jesús no se iba a resistir. Las Escrituras de los profetas debían cumplirse. Este pasaje es similar a los que aparecen en Marcos 14:43–50, Lucas 22:47–53 y Juan 18:1–11.
Los líderes religiosos judíos conspiraron juntos para arrestar y matar a Jesús, y Judas Iscariote los ayudó, quien decidió traicionar voluntariamente a Jesús. Una mujer unge a Cristo con aceite durante una cena en Betania. A continuación, Jesús y los discípulos celebran la cena de Pascua en un aposento alto donde Jesús predice que lo iban a arrestar e introduce el sacramento de la comunión. Entonces Jesús ora con una agonía inimaginable en el jardín de Getsemaní antes de ser traicionado por Judas y ser capturado por los líderes judíos. Los discípulos acaban dispersándose. Jesús afirma explícitamente ser divino ante el sumo sacerdote, y finalmente lo declaran culpable de blasfemia y lo sentencian a muerte. Mientras esto sucede, Pedro niega conocer a Jesús hasta tres veces y huye de la escena avergonzado.