¿Qué significa Mateo 12:34?

Cristo está condenando fuertemente a los fariseos. Estos líderes religiosos legalistas lo habían acusado de que Su poder para expulsar demonios venía de Satanás (Mateo 12:24). ¡Estaban tan comprometidos a rechazar a Jesús el Mesías, que preferirían glorificar el poder de Satanás que reconocer que Dios estaba obrando a través de Su Hijo! Durante el versículo anterior, Jesús comparó a los fariseos con árboles malos, algo que se podía demostrar porque daban malos "frutos", ya que lo acusaron y lo rechazaron.

Aquí, la crítica se intensifica. Jesús repite lo que Juan el Bautista ya les había dicho a los fariseos y a los saduceos en Mateo 3:7. La palabra "generación" se refiere a la descendencia (Juan 8:42–44), por lo que Jesús considera que los fariseos eran hijos de serpientes, lo cual los asociaba con Satanás, quien a menudo era representado como una serpiente en las Escrituras, comenzando en Génesis 3. Estos críticos habían acusado a Cristo de haber usado el poder de Satanás, pero la verdad es que ellos eran los que se habían aliado con Satanás para ponerse en contra de Jesús.

La pregunta que se hace aquí es retórica, y tiene un objetivo. De la misma manera que un árbol malo es incapaz de producir buenos frutos, una persona comprometida que odia a Cristo no puede comunicar ninguna verdad espiritual. Jesús, sin rodeos, les dijo que eran malvados. De corazones malvados no salen palabras buenas. Las palabras de los fariseos acerca de Jesús y Satanás les demostraron a todos los que estaban allí presentes lo que los fariseos verdaderamente portaban en sus corazones.

Este versículo nos revela un principio general que se les aplica a todas las personas: nuestras palabras siempre revelan lo que sucede dentro de nosotros. Por lo tanto, nada pasa sin que se haya meditado, nada se dice sin haberlo pensado antes (Mateo 12:36).