¿Qué significa Mateo 12:25?
Los fariseos han declarado que la capacidad que Jesús tenía para expulsar demonios venía de Satanás y no de Dios (Mateo 12:22–24). En realidad, esta no era la primera vez que hicieron tal afirmación (Mateo 9:34). Aparentemente, o dijeron esto en privado o de una manera que no llamó mucho la atención. Aquí, nuevamente, parecen estar haciendo la acusación de manera que Jesús no la escuchara. En lugar de decir que los había escuchado, este versículo nos revela que de hecho sabía lo que estaban pensando. El hecho de que Jesús pudiera leer sus mentes debería haber sido una prueba más para los fariseos de que Jesús era realmente el Mesías.Jesús comienza su contraargumento usando la lógica: los reinos que se dividen contra sí mismos acaban siendo derrotados. Una guerra civil nunca fortalece a ninguna nación. Las ciudades y casas que están divididas, igualmente, no pueden permanecer, acaban destruyéndose a sí mismas. La idea de Jesús, la cual Jesús aclarará durante los siguientes versículos, es que Satanás no expulsaba a los mismos demonios que Él mismo enviaba para oprimir a la gente. Si hiciera algo así, solo estaría derrotándose a sí mismo.
Mateo 12:22–32 comienza con Jesús sanando a un hombre que estaba siendo oprimido por un demonio y no podía ni ver ni hablar. El pasaje termina con una declaración controvertida y preocupante. La multitud se estaba preguntando si Jesús era el Mesías. Algunos fariseos decían que Jesús expulsaba demonios usando el poder del príncipe de los demonios. Jesús contrarrestó su argumento con lógica y una dura reprensión. Los fariseos estaban cegados a la verdad: el reino de Dios había llegado. La blasfemia contra el Espíritu Santo—lo cual significa presenciar un milagro de tal calibre y atribuírselo a Satanás—es un pecado que no podrá ser perdonado.
Mateo 12 nos presenta algunas confrontaciones entre los fariseos y Jesús acerca de varios temas: trabajar durante el sábado, sanar durante el sábado y aclarar de dónde venía Su poder para expulsar demonios. Jesús contrarresta cada uno de sus argumentos y reprende duramente a los fariseos por su obstinada incredulidad. Jesús incluso señala que aquellos que maliciosamente les atribuyen Sus milagros a los demonios son imperdonables. TambiÉn les advierte, y al resto de su generación, sobre el juicio de Dios. Jesús llama a los fariseos "generación de víboras", y rechaza hacer otro milagro ante ellos; todo lo que se les promete es la señal de Jonás. El Hijo del Hombre estará en el corazón de la tierra por tres días. Jesús tambiÉn declara que todos los que hacen la voluntad de Su Padre forman parte de Su familia.