¿Qué significa Génesis 33:16?
Esaú finalmente aceptó tanto el enorme regalo que le había hecho Jacob (Génesis 32:13:15) como el hecho de que Jacob finalmente no viajaría con él de vuelta a Seir (Génesis 33:12–14). Después de que Jacob le dijo que lo seguirá a un ritmo más lento, Esaú se marchó y se dirigió hacia el sur, hacia la tierra de Edom.La reunión con su hermano había ido mejor de lo que Jacob se esperaba (Génesis 33:4). La última vez que estuvo en esta región, Esaú tenía la intención de matar a su hermano (Génesis 27:41–45). Sin embargo, los dos hermanos se acabaron reconciliando. Dios lo había protegido; la relación con su hermano gemelo parecía haberse restablecido.
Sin embargo, lo que sucede a continuación es completamente diferente de lo que Jacob le acababa de decir a Esaú. En lugar de dirigirse al sur, siguiendo a Esaú, Jacob se llevó a su familia al norte, hacia Sucot (Génesis 33:17). Es posible que Jacob todavía estaba nervioso de que Esaú quisiera hacerle daño; o que quizás pudiera cambiar de opinión. En realidad, no se nos dan las razones exactas que Jacob tuvo para haber tomado una decisión así, pero sabemos que él hizo lo contrario de lo que le dijo a Esaú y acabó yéndose en la dirección opuesta.
Génesis 33:12–20 registra que la gran compañía de Jacob se estableció cerca de la ciudad de Siquén. Esaú le pidió a Jacob que viajara de regreso a Seir con él, pero Jacob le dijo que lo acompañaría más tarde. En lugar de seguir a Esaú, Jacob se acabó llevado a su caravana a través de Sucot. Finalmente llegaron a un lugar cerca de Siquén. Jacob compró un terreno y estableció a su familia allí. En el próximo capítulo, este lugar se convertirá en el lugar de uno de los episodios más horribles dentro de la joven historia de Israel.
Jacob ha hecho todos los preparativos para el momento de reunirse con Esaú. Jacob tenía tanto la promesa de la protección del Señor como un plan sobre cómo hacerlo. Ahora ha llegado el momento. Jacob se acercó a Esaú, inclinándose repetidamente, hasta que Esaú finalmente corrió para abrazar y besar a su hermano, y los dos se echaron a llorar juntos. Esaú se encontró con la familia de Jacob. Aunque inicialmente rechazó el enorme regalo de Jacob, Jacob lo animó a que se lo llevara como una señal del favor que Esaú le había mostrado. Jacob acabó comprando un terreno y estableció un campamento a las afueras de la ciudad de Siquén, donde también le construyó un altar al Señor.