¿Qué significa Génesis 33:11?
Jacob continúa animando a su hermano Esaú a que aceptara el enorme regalo de ganado que le estaba ofreciendo (Génesis 32:13–17). En ese momento, esa ofrenda fue motivada en parte por el temor de que Esaú todavía estuviera dispuesto a vengarse de Jacob (Génesis 27:41–45; 32:6–8). Después de todo, Esaú estaba feliz de haberse reunirdo con su hermano de nuevo (Génesis 33:4).En el versículo anterior, Jacob se refirió al regalo de ganado que le ofreció a Esaú con la expresión hebrea min'hāt 'ani, que significa "mi regalo". Ahora, cuando presiona a Esaú para que lo acepte, lo llama bir'kāt 'ani, que significa "mi bendición". Esto podría significar que Jacob pretendía que esto fuera una restitución parcial por el hecho de haberle robado la bendición de su padre hacía ya veinte años (Génesis 27:19–29). Jacob había sido bendecido por Dios y ahora quería que Esaú participara al menos en parte de esta bendición.
Jacob también dijo algo similar a lo que dijo Esaú, diciendo que tenía suficiente porque Dios lo había tratado bien. Jacob le dio crédito a Dios por su éxito y su habilidad para darle a su hermano generosamente una porción de lo que había adquirido.
En esa época, el hecho de rechazar un regalo de primeras podría haber sido algo común, para así demostrar humildad y honestidad. Sin embargo, también es posible que Jacob no estuviera seguro de poder confiar en el perdón de Esaú a menos que Esaú aceptara el regalo de Jacob. El acuerdo de Esaú de aceptar el regalo pondría algún tipo de obligación en su honor, lo que le haría muy difícil justificar cualquier tipo de violencia posterior que se pudiera cometer contra Jacob
Génesis 33:1–11 describe el tan esperado encuentro entre Jacob y Esaú. Jacob mantiene su actitud de siervo cauteloso hacia Esaú en todo momento, aunque el mismo Esaú acabó abrazando cálidamente a su hermano y lloraron juntos debido a la emoción del momento. Esaú dudó un poco de los regalos, pero Jacob insistió en que su hermano se quedara con el enorme regalo de ganado que le había ofrecido. Esaú finalmente lo acabó aceptando. Al final, los dos se acabarán separando sin que hubiera más problemas entre ellos.
Jacob ha hecho todos los preparativos para el momento de reunirse con Esaú. Jacob tenía tanto la promesa de la protección del Señor como un plan sobre cómo hacerlo. Ahora ha llegado el momento. Jacob se acercó a Esaú, inclinándose repetidamente, hasta que Esaú finalmente corrió para abrazar y besar a su hermano, y los dos se echaron a llorar juntos. Esaú se encontró con la familia de Jacob. Aunque inicialmente rechazó el enorme regalo de Jacob, Jacob lo animó a que se lo llevara como una señal del favor que Esaú le había mostrado. Jacob acabó comprando un terreno y estableció un campamento a las afueras de la ciudad de Siquén, donde también le construyó un altar al Señor.