¿Qué significa Génesis 26:8?
Isaac ha seguido el ejemplo de su padre. Ambos tenían esposas hermosas. En dos ocasiones distintas, Abrahán temió que la belleza de Sara causara que alguien lo matara para llevársela. Entonces, Abrahán le pidió que mintiera por él y les dijera a todos que era su hermana (Génesis 12:10–20; 20:1–18). En ambos casos, la mentira acabó fracasando. En ambas ocasiones, un gobernante local llegó a creer en su historia y se llevó a Sara para que fuera su esposa, y en ambos casos, Dios juzgó a la casa del gobernante para proteger y liberar a Sara.En el caso de Isaac, al parecer, pasó mucho tiempo hasta que alguien se diera cuenta de que no eran hermanos. Quizás la pareja se olvidó de seguir fingiendo que eran hermanos o quizás Abimelec los observó durante un descuido. En cualquier caso, Abimelec vio a Isaac y a Rebeca actuar de una manera que lo convenció, absolutamente, de que estaban casados. El término hebreo que se usa aquí se basa en la palabra tsachaq, que puede significar "reír" o "divertirse" o "acariciar", según la traducción. En otras palabras, estaban involucrados en algún tipo de actividad íntima que nunca ocurriría entre hermanos.
Tal y como nos lo revelará el siguiente versículo, eso era todo lo que Abimelec necesitaba ver para darse cuenta de que Isaac había mentido acerca de su esposa.
Génesis 26:6–35 describe las interacciones que Isaac tuvo con los filisteos mientras vivía en la tierra de Gerar y sus alrededores. Después de que todos se dieran cuenta de que Isaac estaba mintiendo acerca de que Rebeca era su hermana, el rey Abimelec se enojó con él. Sin embargo, Abimelec acabó protegiendo a Isaac y a Rebeca. Dios bendijo a Isaac abundantemente, y su riqueza creció hasta el punto en que su poder provocó que el rey le pidiera que se marchara. Después de una serie de disputas sobre los derechos de propiedad de varios pozos, el rey e Isaac finalmente llegaron a un acuerdo de paz. Dios se le apareció a Isaac por segunda vez, le dijo que no temiera, y renovó las promesas que ya le había hecho.
En Génesis 26, Dios le demuestra a Isaac que tenía la intención de permanecer fiel a las promesas que le había hecho a Abrahán incluso después de que muriera, aún mientras Isaac y su casa se establecieron en la tierra de los filisteos. Al igual que Abrahán, Isaac acaba mintiendo y diciendo que su esposa era en realidad su hermana, algo que casi trajo consigo grandes problemas para Abimelec y su reino. Aún así, Dios bendijo a Isaac con abundancia hasta el punto de que Abimelec le pidio a Isaac que se fuera porque se había vuelto demasiado poderoso. Después de formar parte de continuas disputas sobre quien era el dueño de varios pozos, Abimelec e Isaac finalmente hacieron un pacto de paz.