¿Qué significa Génesis 26:34?

Este versículo marca un cambio de tema repentino y algo confuso, y ahora la historia pasa a nombrar algo que Esaú hizo a la edad de 40 años. Es posible, si no probable, que todo lo que se ha compartido hasta este punto durante este capítulo, incluyendo todos los tratos que Isaac hizo con los filisteos en Gerar, ocurriera antes de que Jacob y Esaú nacieran. Esto es muy posible, ya que Isaac y Rebeca no tuvieron hijos durante los primeros 20 años de su matrimonio (Génesis 25:20; 25:26). Además, durante los primeros años en Gerar, mintieron acerca de si Rebeca estaba casada realmente (Génesis 26:6–11).

Ahora volvemos a las historias de Jacob y Esaú. Tal y como lo había hecho su padre Isaac, Esaú se casó a la edad de 40 años. Sin embargo, no parece haber tomado una buena decisión al hacerlo, ya que Esaú se casó con dos mujeres cananeas (específicamente hititas). Se dice que sus matrimonios con Judit y Basemat amargaron la vida de sus padres (Génesis 26:35). Esta angustia era una cuestión de fe, no de raza; de hecho, las prácticas impuras de los cananeos eventualmente les hará ganarse el juicio severo de Dios (Deuteronomio 7:1–4; 18: 9–14).

Es casi imposible evitar preguntarse si Isaac fue parcialmente el responsable de todo esto. Después de todo, él era consciente de los grandes esfuerzos que Abrahán había hecho para conseguirle una esposa de entre el propio pueblo de Abrahán (Génesis 24). Seguramente Isaac entendió lo importante que había sido para Abrahán que Isaac no se casara con una mujer cananea. Si Isaac hubiera sabido que las promesas del pacto y la bendición de Dios pasarían a la siguiente generación a través de Esaú, ¿no habría invertido el tiempo y la energía necesarios como para encontrarle una esposa a Esaú que no fuera de Canaán? ¿O fue Esaú quien se había negado a seguir los pasos de su padre? En realidad, no lo sabemos.