¿Qué significa Génesis 21:4?
El mismo día en que Dios le cambió el nombre a Abrán y le puso Abrahán, y Saraí pasó a llamarse Sara, le dijo a Abrahán que Sara tendría un hijo un año después y que lo llamarían Isaac. Abrahán se río al escucharlo (Génesis 17:15–17). Durante ese mismo día, Dios también le había ordenado a Abrahán que se circuncidara, junto con todos los varones de su casa, y que circuncidara a todos los futuros hijos varones que nacieran en su casa a los ocho días de edad (Génesis 17:10–13).El acto de la circuncisión consiste en quitar el prepucio del pene, cortándolo siguiendo la forma del círculo que se forma alrededor del mismo órgano. Este ritual es profundamente simbólico, y se hace eco de la soberanía de Dios sobre la fertilidad y los niños, la singularidad de Su pueblo y la permanencia de Su influencia. Dios enfatizará la importancia de la circuncisión en las leyes que le dará a Israel a través de Moisés (Levítico 12:3).
Ahora Abrahán obedece esa orden con Isaac, su hijo prometido, y lo circuncida al octavo día de su vida.
Génesis 21:1–7 describe el momento que Abrahán y Sara han estado esperando durante muchos, muchos años. Desde que dejaron su hogar para comenzar a vagar por la tierra de Canaán, esta fue una de las promesas que continuamente desearon que se cumpliera. Dios había prometido hacer de Abrahán una gran nación, y que les daría a él y a Sara un hijo natural. Finalmente, nació su primer hijo. El nombre de Isaac significa "el que ríe" y Sara expresó su alegría cuando nació. Dios ha hecho lo "imposible": ha hecho que "la risa se hiciera realidad".
El Señor hizo lo que había prometido. Sara, que ahora tiene 90 años, dio a luz a Isaac, el niño que tanto había esperado. Sin embargo, su alegría se agria por el temor de que Isaac tuviera que compartir la herencia con Ismael. En obediencia al Señor, quien prometió proteger a Ismael, Abrahán los envía a él y a su madre, Agar, al desierto. Dios los rescata y renueva su promesa de hacer de Ismael una gran nación por derecho propio. Mientras tanto, Abimelec, rey de Gerar, se acerca a Abrahán para hacer un pacto permanente entre ellos y sus descendientes. El acuerdo incluye la posesión de un pozo por parte de Abrahán, en un lugar que se conocerá como Berseba.