Capítulo

Mateo 5:44

LBLA Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen,
NBLA Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen,
NVI Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen,
RV1960 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
JBS Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os calumnian y os persiguen;

¿Qué significa Mateo 5:44?

La larga lista enseñanzas algo inesperadas de Jesús que aparece durante el capítulo 5 concluye con esta. Aquellos y aquellas que lo estaban escuchando habían crecido escuchando una enseñanza que solo era parcialmente correcta. La Palabra de Dios, de hecho, nos ordena amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Levítico 19:18). Sin embargo, parece que los líderes religiosos también estaban enseñando que estaba permitido, o incluso que era obligatorio, odiar a nuestros enemigos (Mateo 5:43). Jesús nuevamente afirma que la intención que Dios tiene para el corazón y la justicia de Su pueblo va mucho más allá del egoísmo y el legalismo, e implica algo que se parece mucho más a la actitud que Dios podría tener ante las situaciones a las que nos enfrentamos.

En lugar de solo mostrarle amor a nuestro prójimo, Jesús les dice a Sus discípulos que amen a sus enemigos e incluso que oren por los que los persiguen. Aunque no hay muchas personas que vivan de esta manera, esta idea está profundamente arraigada en nuestra cultura occidental. Mucha gente moderna ha escuchado esta enseñanza, o variaciones de ella, durante toda su vida. Esto provoca que sea fácil olvidarse de lo radical que en realidad es, especialmente para aquellos que viven bajo presión y amenazas continuamente, tal y como lo hicieron los israelitas durante el primer siglo.

Por un lado, formar parte del imperio romano trajo sus beneficios para el pueblo de Israel. Por lo general, Roma no destruía a los pueblos que conquistaba, sino que más bien les permitía tener una libertad relativa con un conjunto de condiciones. Israel continuó funcionando como Israel de muchas maneras y, de hecho, experimentó un período de paz bajo el dominio romano. Dicho esto, Roma sí gobernaba sobre las naciones conquistadas de una manera absoluta y severa. Cualquier tipo de disidencia más allá de los límites establecidos era salvajemente castigada. Las crucifixiones eran comunes, brutales y horribles. Los soldados romanos disfrutaban de algunos privilegios y se tomaban "ciertas" libertades con los ciudadanos judíos que estaban bajo su control. La carga fiscal romana dejaba a muchas personas cerca de la pobreza. Esas son las razones por las que el pueblo judío comprensiblemente consideraba a Roma como su enemigo.

Sin embargo, un hombre considerado por muchos como el Mesías, el Salvador que se suponía que iba a liberar a Israel de sus enemigos, acaba de ordenarles a Sus discípulos que amen y oren por sus enemigos. Peor aún, equiparó esto con la vida justa que era necesaria para entrar en el reino de los cielos. Esto es bastante difícil de entender en la actualidad, pero en el momento en que se pronunciaron esas palabras por primera vez, habrían sido cuanto menos impactantes.

Cristo tampoco hizo o dijo nada para "suavizar" de algún modo este mandamiento. Este tipo de conducta moral no se equipara con algún tipo de amor emocional o afecto. Este tipo de amor está destinado a ser expresado a través de las acciones. Ofrecerle oraciones a Dios por las personas que le están haciendo daño activamente, especialmente por el hecho de estar asociado con Cristo, requiere la sabiduría y la fe de mirar el mundo de una manera completamente diferente. Jesús intensificará la dificultad de Su mandamiento aún más durante los siguientes versículos.
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