Capítulo

Mateo 5:13

LBLA Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
NBLA “Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
NVI »Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.
RV1960 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
JBS Vosotros sois la sal de la tierra; y si la sal se perdiere su sabor ¿con qué será salada? No vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

¿Qué significa Mateo 5:13?

Mateo está redactando el Sermón del Monte de Jesús. El pasaje anterior nos presentó las Bienaventuranzas, y ahora Cristo pasa a tratar una serie de breves enseñanzas sobre varios temas diferentes. Primero, Jesús aborda la necesidad de que los discípulos de Jesús vivan de acuerdo con las virtudes que se describieron durante las Bienaventuranzas, ya que esas virtudes son necesarias para ser la "sal" y la "luz" en el mundo (Mateo 5:14).

Jesús les dice a sus discípulos: "ustedes son la sal de la tierra". Por aquel entonces, como ahora, la sal cumplía una variedad de funciones diferentes en sus vidas. Antes de que existiera el proceso de refrigeración, la sal se usaba como conservante y se frotaba en la carne. En algunos casos, también se usaba como una especie de fertilizante. También, por supuesto, se usaba para darle sabor a la comida. Cuando Jesús dice que Sus discípulos deben ser como la sal, simbólicamente, está diciendo que nuestras vidas deben a hacer eso al entrar en contacto con la vida de los demás.

Así como la sal evita que la carne se pudra, los creyentes en Jesús que están distribuidos por todo el mundo ayudan a preservar a la humanidad a no caer en la impiedad, la inmoralidad, el caos y el juicio que vendrá debido a ello. La sal cambia permanentemente el sabor de la comida, así como la influencia de personas que son bondadosas también puede cambiar una cultura. La idea principal es que los cristianos, al vivir como vivió Jesús, hacemos que el mundo cambie y se parezca más a Jesús también.

Los cristianos dejamos de cumplir ese propósito cuando dejamos de serle fieles a Dios. Las Bienaventuranzas nos ayudan a poner ese propósito en contexto. Cuando los seguidores de Jesús dejan de ser pobres en espíritu, cuando dejan de vivir en arrepentimiento y mansedumbre, dejan de tener apetito por la justicia y dejan de ser misericordiosos, ya no cumplen el propósito que Dios les ha dado en la tierra. Es lo mismo que cuando la sal pierde su sabor: ya no sirve para nada.

Algunos objetan en contra de esta metáfora diciendo que la sal nunca pierde su sabor salado de acuerdo con la química. No obstante, esa no es la idea principal y no es cierto en un sentido práctico. La enseñanza de Jesús puede interpretarse en el sentido de que ciertas cualidades deberían ser tan innatas para un creyente que acepta a Jesús como Su salvador, como el sabor salado lo es para la sal. La idea de perder esas propiedades debería ser algo impensable. En un sentido más práctico, de hecho, la sal que la gente usaba a diario no era químicamente pura. Algunas veces estaba diluida, o incluso contaminada. Cuando esto ocurría, la sal dejaba de ser sal y, por tanto, se desechaba al instante.

Jesús dice que lo mismo les puede pasar a los discípulos que dejan de vivir siéndoles fieles a Cristo en el mundo. La idea aquí no se trata de que pudiera perder la salvación, sino que perderían su propósito. La "sal mala" no se destruye ni se quema, simplemente se ignora, tal y como lo hacemos con el polvo de la tierra.
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