¿Qué significa Génesis 37:7?
José, de 17 años, ha tenido un sueño poderoso y profético sobre su vida en el futuro (Génesis 37:5). Entonces, José decide contarles detalles sobre el sueño a sus diez medios hermanos mayores, quienes no podían soportarlo (Génesis 37:4). José se ha visto a sí mismo y a sus hermanos uniendo manojos de trigo en el campo. De repente, el manojo de José se puso derecho como una persona. Todos los manojos de sus hermanos se juntaron alrededor del manojo de José y se inclinaron ante él, como los súbditos se inclinarían ante un gobernante.En los sueños todo es posible, pero las imágenes que aparecen en una visión profética tienen un significado simbólico. Estas extrañas imágenes les comunicaron un mensaje impactante a los hermanos de José, uno que se haría realidad muchos años después (Génesis 42:6). En este caso, lo que se estaba implicando era lo suficientemente claro como para que no se necesitara un profeta para comprender la idea básica del sueño. Los medio hermanos de José reaccionarán fuertemente ante el sueño de José (Génesis 37:8).
Génesis 37:1–11 describe el amor y el favor que Jacob sentía por uno de sus hijos en particular: José. El signo más obvio de esta extrema parcialidad que Jacob tenía y sentía por Jacob es una túnica extravagante que Jacob le había dado a José. Jacob parece haberse olvidado del daño causado por el propio favoritismo que sus padres le habían mostrado tanto a él como a su hermano Esaú (Génesis 25:27–28). Parece que Jacob ignora o no se da cuenta del odio celoso que se estaba gestando entre sus otros hijos. La situación se agrava hasta el punto en el que sus hermanos no pueden soportar a José. Después de que José les cuenta a sus hermanos los detalles de dos sueños proféticos que ha tenido, unos sueños que sugerían que algún día los gobernaría a todos, se vuelven aún más celosos y se enfadan aún más con él.
Jacob amaba profundamente a su hijo José, de 17 años, pero sus hermanos, al contrario, lo odiaban con pasión, ya que Jacob les mostraba su favoritismo hacia Jacob sin tapujos. Jacob le dio a José una túnica extravagante, y José les contó a sus hermanos unos sueños que predecían que algún día su familia se inclinaría ante él. Un día, cuando se quedaron solos con José en el desierto, los hermanos decidieron matarlo. Rubén los detuvo, y les sugirió que lo arrojaran vivo a un pozo. Sin embargo, los hermanos aprovecharon un momento en el que Rubén no estaba allí para venderles a José a unos traficantes de esclavos que pasaban por allí, y luego convencieron a su padre de que José había sido asesinado por un animal salvaje. Finalmente, José acabó formando parte de la casa de un egipcio que pertenecía a nobleza de ese país.