¿Qué significa Génesis 37:11?
Los diez medios hermanos mayores de José ya lo odiaban tan profundamente que no podían ni dirigirse a él pacíficamente (Génesis 37:4). Después de todo, él y su hermano menor Benjamín eran los más jóvenes de los 12, pero su padre claramente los amaba más que a los demás (Génesis 37:3; 42:3–4). Peor aún, Jacob le había dado a José una túnica impresionante, quizás señalando así que quería darle a José la primogenitura familiar y una mayor parte de la herencia cuando llegara el momento de hacerlo (Génesis 37:3).Luego vinieron los sueños de José de que todos se inclinarían ante él (Génesis 37:5–9). Incluso Jacob llegó a reprender a José por haber compartido estas visiones (Génesis 37:10). Entonces, los celos de sus hermanos se empeoraron aún más. Los siguientes versículos nos revelarán que estaban listos para dañar a su hermano menor (Génesis 37:18, 28).
Curiosamente, aunque Jacob regañó a José por haber compartido sus sueños, en los que claramente José parecía dominar a su familia completamente, Jacob no descartó por completo la visión que José había tenido. El mismo Jacob había experimentado sueños en los que Dios le había comunicado cosas importantes (Génesis 28:10–16). Jacob no rechazó la posibilidad de que el sueño de José fuera verdad (Génesis 42:6), aunque Jacob decidió no compartir ese posible pensamiento con el resto de la familia. Por lo tanto, Jacob simplemente decidió meditar en su corazón sobre el sueño de José.
Génesis 37:1–11 describe el amor y el favor que Jacob sentía por uno de sus hijos en particular: José. El signo más obvio de esta extrema parcialidad que Jacob tenía y sentía por Jacob es una túnica extravagante que Jacob le había dado a José. Jacob parece haberse olvidado del daño causado por el propio favoritismo que sus padres le habían mostrado tanto a él como a su hermano Esaú (Génesis 25:27–28). Parece que Jacob ignora o no se da cuenta del odio celoso que se estaba gestando entre sus otros hijos. La situación se agrava hasta el punto en el que sus hermanos no pueden soportar a José. Después de que José les cuenta a sus hermanos los detalles de dos sueños proféticos que ha tenido, unos sueños que sugerían que algún día los gobernaría a todos, se vuelven aún más celosos y se enfadan aún más con él.
Jacob amaba profundamente a su hijo José, de 17 años, pero sus hermanos, al contrario, lo odiaban con pasión, ya que Jacob les mostraba su favoritismo hacia Jacob sin tapujos. Jacob le dio a José una túnica extravagante, y José les contó a sus hermanos unos sueños que predecían que algún día su familia se inclinaría ante él. Un día, cuando se quedaron solos con José en el desierto, los hermanos decidieron matarlo. Rubén los detuvo, y les sugirió que lo arrojaran vivo a un pozo. Sin embargo, los hermanos aprovecharon un momento en el que Rubén no estaba allí para venderles a José a unos traficantes de esclavos que pasaban por allí, y luego convencieron a su padre de que José había sido asesinado por un animal salvaje. Finalmente, José acabó formando parte de la casa de un egipcio que pertenecía a nobleza de ese país.