¿Qué significa Génesis 1:9?

El versículo 9 comienza con el tercer día de la semana de la creación de Dios. En este día, Dios continúa refinando Su creación añadiendo más detalles y orden a la tierra. El primer día, Dios creó la luz y separó el día de la noche. El segundo día, creó un "bóveda" que nos recuerda al cielo. Todo esto sigue la estructura rígida del capítulo 1 de Génesis: Dios habla, crea, observa, declara que Su creación es "buena" y luego cuenta el día. Cada uno de los primeros tres días se prepara para algo que Dios creará en un día correspondiente de la segunda mitad de esta semana de la creación.

Aquí, en el versículo 9, Dios separa la tierra del océano. Más específicamente, ordena que las aguas de la tierra se junten en "un solo lugar" y que aparezca la tierra seca. Esto no significa necesariamente que Dios creó un solo océano, tal y como lo entenderíamos nosotros. Sin embargo, mirando a la Tierra como se ve hoy, todos los "océanos" están conectados en un cuerpo de agua único, masivo y continuo. En el siguiente verso, estas aguas se llaman "mares". La imagen verbal que se presenta aquí es una masa de agua global interrumpida por una o más masas de tierra.

Una vez más, el énfasis no se encuentra en los detalles minuciosos, sino en el "panorama general". La idea de este versículo, al igual que con el resto del capítulo uno de Génesis, es darle crédito a Dios, y solo a Dios, que tiene el poder y la autoridad para crear todo lo que vemos.

Al igual que con el versículo 7, la capacidad de Dios para crear se subestima un poco, utilizando la frase hebrea wa yehi kēn: "y así fue". Para Dios, este acto de creación se resume en algo simple: Él ordena algo, y así ocurre. En realidad, nos quedamos asombrados por el poder que se describe aquí. Con una sola declaración, Dios creó tierra seca y habitable en nuestro planeta, la cual estaba lista para albergar la abundancia de vida que Dios mismo estába a punto de crear.