¿Qué significa Romanos 8:7?

Pablo ha escrito que la mente de aquellos que no son creyentes se centra en las cosas de la carne. Eso significa que sus pensamientos están enfocados en satisfacer deseos y necesidades pecaminosos y egoístas, ya está. Esta forma de pensar, como todo pecado, conduce hacia la muerte.

Pablo va más allá en este versículo. La mente que está puesta sólo en la carne de esta manera está en contra de Dios y acaba sirviéndose a uno mismo por encima de todo, incluido Dios. Esta es la mentalidad del "mundo", que dice: "¿someterme a la ley de Dios? Pero ¿y si eso me impide obtener lo que quiero?" No, escribe Pablo, la mente que está puesta únicamente en servirse a sí mismo no puede someterse a la ley de Dios. Esa persona no es capaz de obedecerle a Dios, por muy religioso que sea.

Es importante ser claro acerca de esto. La enseñanza de Pablo aquí no nos ofrece la posibilidad de que un cristiano pueda vivir a veces en el Espíritu y a veces en la carne. Los cristianos viven en el Espíritu, y punto. Incluso cuando el pecado nos desvía o nos distrae (1 Juan 1:9–10), eso no significa que el pecado nos identifique y nos reclame como suyos, porque los cristianos ya no le pertenecen al pecado. El pecado es algo que nos distrae de nuestra identidad en Cristo (1 Juan 3:4–6).