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Romanos capitulo 4

La Biblia de las Américas

Nueva Biblia de las Américas

Nueva Versión Internacional

Reina-Valera 1960

Biblia del Jubileo

13Porque no por la ley fue dada la promesa a Abraham o a su simiente, que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. 14Porque si los que son de la ley son los herederos, vana es la fe, y anulada es la promesa. 15Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay rebelión. 16Por tanto, por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme a toda simiente, no solamente al que es de la ley, sino también al que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. 17Como está escrito: Que por padre de muchos gentiles te he puesto delante de Dios, al cual creyó; el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como las que son. 18El cual creyó para esperar contra esperanza, que sería hecho padre de muchos gentiles, conforme a lo que le había sido dicho: Así será tu simiente. 19Y no se enflaqueció en la fe, ni consideró su cuerpo ya muerto (siendo ya de casi cien años) ni muerta la matriz de Sara; 20tampoco dudó en la promesa de Dios con desconfianza; antes fue esforzado en fe, dando gloria a Dios, 21plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido, 22por lo cual también le fue atribuida su fe a justicia. 23Y no es escrito esto solamente por él, que le haya sido así contado; 24sino también por nosotros, a quienes será así contado, esto es, a los que creen en el que levantó de los muertos a Jesús, el Señor nuestro, 25el cual fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación.

¿Qué significa Romanos capitulo 4?

Romanos 4 se centra en la fe de Abrahán. Génesis 15:6 dice claramente que Abrahán creyó a Dios y que la fe, su fe y confianza en Dios, se le contó a Abrahán como justicia. Abrahán no fue justificado a través de las obras, por lo tanto, Dios no estaba devolviéndole ningún tipo de "favor" a Abrahán. La fe de Abrahán fue justificada por Dios, y esto se entiende como un regalo que Dios le hizo a Abrahán sin que Abrahán pudiera haber hecho nada para merecérselo. De la misma manera, David también habla sobre cómo Dios no cuenta los pecados de muchas personas y al final estas mismas personas acaban siendo bendecidas. Por lo tanto, ellos no se ganan el perdón, sino que Dios se lo da como un regalo, a través de su gracia (Romanos 4:1–8).

Esto plantea una posible objeción: ¿no era justo Abrahán debido a que obedeció a Dios al ser circuncidado? Eso es exactamente lo que muchos judíos llegaron a creer. Pablo dice que no, Dios declaró a Abrahán justo debido a su fe mucho antes de que Abrahán fuera circuncidado. La obediencia viene después de la fe; en el caso de Abrahán, ¡pasaron muchos años entre estos dos eventos! La circuncisión se convirtió en una señal de la fe que Israel había depositado en Dios y el sello de la justicia que Dios ya había declarado para Abrahán. De esta manera, Abrahán se convirtió en un padre espiritual para todos los que se acercan a Dios a través de la fe, incluso los que no están circuncidados por razones religiosas; en este pasaje, a estas personas se les conoce como gentiles. Abrahán también se convirtió en un padre espiritual y físico para todos los judíos creyentes que finalmente seguirían el ejemplo de su fe en Dios en el futuro (Romanos 4:9–12).

Dios esencialmente le prometió a Abrahán y a su descendencia "el mundo", en cierto sentido. ¿Se puede reclamar esa promesa cumpliendo la ley? Pablo dice que no. Por un lado, la promesa se hizo siglos antes de que existiera la ley. Si se requiriera guardar la ley para obtener los resultados de esa promesa, ¡entonces los descendientes más inmediatos de Abrahán se habrían quedado fuera! En segundo lugar, nadie puede cumplir la ley. Esta es una idea que Pablo tuvo mucho cuidado de dejar muy clara durante el capítulo 3: si recibir la promesa depende de guardar la ley, la promesa es inútil y también lo es la fe. No, las promesas que Dios le hizo a la descendencia de Abrahán se recibirán por medio de la fe (Romanos 4:13–19).

La fe que Abrahán ha depositado en esta promesa específica se puede entender como un modelo para nosotros. Dios le dijo a Abrahán que tendría un hijo natural con su esposa Sara y se convertiría en el padre de muchas naciones. Abrahán lo creyó y siguió creyéndolo incluso cuando pasaban los años y su hijo no llegaba. Abrahán le permaneció fiel a Dios, incluso cuando se acercaba a los 100 años y Sara se acercaba a los 90. De hecho, insiste Pablo, la fe de Abrahán se hizo más fuerte con el tiempo. Por eso Dios consideró su fe como justicia. Lo mismo nos puede pasar a todos en la actualidad. Aquellos que creen en el Dios que entregó a Jesús para pagar el precio de nuestros pecados con Su muerte y luego lo resucitó para que pudiéramos ser justificados, también serán declarados justos (Romanos 4:20–25).
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