¿Qué significa Mateo 23:28?
Los sitios de entierro que estaban pintados o cubiertos con obras de arte solo eran hermosos por fuera. Debajo de la superficie, estaban literalmente llenos de muerte. Esta es la analogía que Jesús está usando y aplicándosela a los líderes religiosos de Israel: los escribas y los fariseos. Su legalismo y reputación daban la apariencia de ser algo bueno, pero debajo de todo eso solo había muerte espiritual (Mateo 23:13–27).Exteriormente, los fariseos y los escribas parecían ser personas justas, e incluso parecían estar obedeciendo todos los mandamientos de las Escrituras y las reglas y las regulaciones adicionales que le habían impuesto a la gente. Sin embargo, por dentro eran mentirosos y rebeldes (Lucas 12:1). Jesús vuelve a mencionar la idea de la "hipocresía" este versículo, la cual se deriva de una palabra griega que se usaba para nombrar a los actores de teatro. En realidad, no importaba que los escribas y los fariseos estuvieran comprometidos con las normas públicas de la ley, sus corazones seguían estando sucios. Las personas que parecían ser las más respetables del pueblo de Israel en realidad estaban llenas de egoísmo y rebeldía por dentro.
Jesús los ha llamado hipócritas repetidamente (Mateo 23:13, 15, 23, 25, 27), y ahora enfatiza que estaban llenos de este tipo de hipocresía, una que iba desde dentro hacia afuera (Mateo 15:11, 18).
Mateo 23:13–36 contiene siete condenas que Jesús comparte con los líderes religiosos de Su época. Cada una de estas condenas se introduce con la palabra "ay", una exclamación que sirve para enfatizar el mensaje que venía después. Jesús dice que estos hombres eran "ciegos" e "hipócritas" varias veces. De hecho, cuando convencían a los demás de seguir sus propias creencias, añadían más víctimas al infierno. Ellos seguían las leyes que le añadieron a la ley al más mínimo detalle, pero se olvidaron del significado real de las Escrituras: lo que Dios realmente pensaba sobre la justicia, la misericordia y la fidelidad. Su apariencia externa de rectitud escondía vidas internas llenas de codicia, autocomplacencia, hipocresía y anarquía. Los líderes religiosos de la generación de Jesús pagarían por muchos de las personas justas que fueron asesinadas injustamente en el pasado.
Después de desmantelar por completo a los escribas, a los fariseos y a los saduceos durante un debate, Jesús condenó aún más a fondo a estos líderes religiosos debido a su hipocresía religiosa. Los líderes religiosos lo hacían todo para demostrar lo justos que eran y para que los demás los vieran. Jesús les presenta el juicio que Dios dejaría caer sobre los escribas y los fariseos en una serie de siete declaraciones que comienzan con la frase "ay de ustedes". En repetidas ocasiones los llama "ciegos" e "hipócritas", y concluye con un lamento por Jerusalén y sus hijos, quienes rechazaron Su protección. El juicio de Dios se estaba acercando.