Verso

Mateo 23:12

LBLA Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado.
NBLA Y cualquiera que se engrandece, será humillado, y cualquiera que se humille, será engrandecido.
NVI Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
RV1960 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
JBS Porque el que se ensalzare, será humillado; y el que se humillare, será ensalzado.

¿Qué significa Mateo 23:12?

Jesús acaba de repetirles a Sus discípulos que el más grande entre ellos sería el servidor de los demás (Mateo 20:26). Este es el camino de Su reino. Por lo tanto, no iban a recibir títulos o puestos de honor o el respeto de otros hombres, sino que la grandeza en Su reino solo se encuentra a través del servicio a los demás (Mateo 23:11).

La frase que aparece aquí podría leerse como un proverbio: "porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido". Esto es más que un simple mandamiento del Señor para que seamos humildes, sino que es además un recordatorio de que Dios obra para humillar, rebajar y avergonzar a aquellos que tratan de exaltarse a sí mismos. Al mismo tiempo, Dios obra para enaltecer—para honrar—a aquellos que intencionalmente sirven a los demás con un espíritu humilde.

Pedro escuchó a Jesús decir esto en directo. Más adelante, Pedro escribirá algo similar en 1 Pedro 5:6: "por lo tanto, muestren humildad bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo.".

Tal y como Pablo les escribirá a los filipenses, esto es exactamente lo que le sucedió a Jesús:

"Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios el Padre (Filipenses 2:8–11).
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Resumen de contexto
Mateo 23:1–12 comienza presentándonos a Jesús condenando a los líderes religiosos de Israel "los escribas y fariseos". Jesús les advierte a los que le estaban escuchando que no siguieran su ejemplo, ya que no practicaban lo que predicaban. Sus palabras traían cargas pesadas para los demás, pero sus acciones no reflejaban lo que sus bocas decían. De hecho, no hacían ningún esfuerzo a la hora de ayudar a otros a cumplir con esos requisitos. Todo lo que hacían era exhibirse para que los demás los vieran y pensaran lo buenos que eran; llevaban vestimentas extravagantes y símbolos religiosos por todas partes, competían entre ellos para conseguir los asientos más importantes allá por donde iban y se enorgullecían enormemente de sus prestigiosos títulos espirituales.
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Resumen del capítulo
Después de desmantelar por completo a los escribas, a los fariseos y a los saduceos durante un debate, Jesús condenó aún más a fondo a estos líderes religiosos debido a su hipocresía religiosa. Los líderes religiosos lo hacían todo para demostrar lo justos que eran y para que los demás los vieran. Jesús les presenta el juicio que Dios dejaría caer sobre los escribas y los fariseos en una serie de siete declaraciones que comienzan con la frase "ay de ustedes". En repetidas ocasiones los llama "ciegos" e "hipócritas", y concluye con un lamento por Jerusalén y sus hijos, quienes rechazaron Su protección. El juicio de Dios se estaba acercando.
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¿Qué es el evangelio?
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