¿Qué significa Marcos 9:41?
Jesús continúa redefiniendo el tipo de comunidad que espera que Sus seguidores fomenten. Los miembros no son los más poderosos sino los que él mismo envía, ya sean discípulos adultos, llenos de sabiduría (Marcos 6:7–13) o niños (Marcos 9:36–37), o incluso, hasta cierto punto, extraños que sólo han vislumbrado una parte pequeña del poder de Jesús (Marcos 9:38–40). En respuesta, Sus seguidores no deberían esperar honor como los fariseos lo hacen (Mateo 6:5) sino rechazo, sufrimiento (Marcos 8:34) y tal vez solo un vaso de agua. La recompensa que recibirán los cristianos es un tesoro celestial que no pueden imaginarse en estos momentos (Mateo 5:12), y no los elogios de los hombres (Mateo 6:2).A veces, nos estancamos demasiado con los detalles. Las iglesias y los ministerios no deben afirmar creencias falsas ni pasar por alto el pecado para recibir apoyo para la obra de Dios. Sin embargo, podemos aceptar amablemente la ayuda de alguien que ve lo que hacemos y quiere ayudar. Los discípulos están listos para rechazar a un hombre que al menos había tomado la decisión de unirse a la lucha contra las fuerzas satánicas. Jesús infiere que llegará un momento en que la situación sea tan difícil que incluso un vaso de agua será una gran bendición, y será una acción que recibirá su propia recompensa. Finalmente, rechazar un vaso de agua solo porque quien la ofrece tiene creencias teológicas diferentes, no es inteligente en absoluto.
Unos pocos años después de esto, los judíos y los romanos perseguirán, juzgarán y matarán a los cristianos (Hechos 8:1–3). Los judíos, al menos, creen que su violencia está al servicio de Dios, tal y como lo piensan los fariseos de Marcos 3:22–27. Jesús espera que estemos dispuestos a hacer grandes sacrificios por él (Marcos 8:34), sin esperar ninguna recompensa o ayuda terrenal. Por lo tanto, deberíamos estar agradecidos cuando esa ayuda nos llegue.
Marcos 9:38–41 es uno de los pasajes más irónicos de la Biblia. Juan describe cómo los discípulos intentan evitar que un hombre use el nombre de Jesús para expulsar demonios poco después de que ellos mismos no pudieran rescatar a un niño de la posesión demoníaca (Marcos 9:17–18) y minutos después de que los discípulos discutieran sobre quién era el más grande (Marcos 9:33–34). Jesús señala que los ''enemigos'' son aquellos que los atacan, no las personas que caminan en la misma dirección. Este relato aparece también en Lucas 9:49–50.
El capítulo 9 de Marcos contiene un relato de la transfiguración de Jesús, donde tres de los discípulos ven a Jesús en Su forma glorificada. En este pasaje, Jesús también sana a un niño poseído por un demonio. Sus enseñanzas en esta sección incluyen una predicción de Su muerte y resurrección, y correcciones a los errores de los discípulos en cuestiones que hacen referencia al orgullo y a la tentación.