¿Qué significa Génesis 47:21?
El plan de José, el cual fue provisto por la bendición del Señor para salvar a Egipto y a los pueblos circundantes de una hambruna de siete años, había tenido éxito (Génesis 41:33–36; 55–57). Las reservas de grano que se apartaron durante siete años de abundancia antes de que llegara la hambruna le proporcionaron toda la comida necesaria para mantener con vida a la gente. Sin embargo, la hambruna tuvo otras consecuencias. A través de José, el faraón no se limitó a regalarles la comida. En cambio, comenzó a vendérsela, primero por dinero y luego por su ganado. A medida que avanzaba la hambruna, la gente pagó con todo el dinero, ganado y tierras que tenían en la casa del faraón a cambio de comida (Génesis 47:13–20).Más tarde, a través de José, el faraón hizo que el pueblo de Egipto se convirtiera en siervos del faraón. La gente tuvo que vender su propia libertad para evitar morirse de hambre. Antes de esto, el pueblo de Egipto había sido libre, en el sentido de que controlaba su propio dinero, tierras y ganado. Sin embargo, el pueblo egipcio se encontraba de ese momento en adelante bajo un tipo de contrato de servidumbre con el gobierno de Egipto.
Génesis 47:13–26 describe la manera en que el plan que José había ideado para combatir la hambruna hizo que el rey de Egipto se volviera aún más poderoso y rico. En esencia, José les vendió el trigo junto con impuestos al pueblo de Egipto. Cuando la gente se quedó sin dinero para pagar la comida que se había almacenado, José comerció por su ganado, la tierra e incluso su libertad. El faraón llegó a poseer casi todo y a casi todos en Egipto, lo que resultó en la instauración de un impuesto permanente del 20 por ciento para la gente.
Génesis 47 comienza con el faraón entrevistando a los hermanos y al padre de José antes de concederles la libertad de establecerse en la región de Gosén en Egipto. Tal y como esperaba José, su familia estaba segura. Sin embargo, el resto de la gente de Egipto y Canaán no lo estaban. La mayoría se estaba quedando sin dinero y ya no podía comprarle más comida a José. En nombre del faraón, José intercambió comida por su ganado y luego por su tierra e incluso por su libertad. Casi todas las personas tendrían que pagarle al faraón el 20 por ciento de su cosecha cada año a partir de este momento. Después de varios años, Jacob le pidió a José que jurara que enterraría su cuerpo junto con los de sus padres en Canaán.