¿Qué significa Génesis 25:34?
Después de que Esaú jurara que su primogenitura pasaría a ser de su hermano, Jacob cumplió su parte del trato (Génesis 25:29–31). Jacob le dio a su hermano pan y un cuenco con un guiso de lentejas. Es posible que nos hayamos imaginado que "el guiso rojo" era como una sopa con carne en lugar de un plato de lentejas. Esaú vendió su primogenitura por un plato de lentejas, y Jacob finalmente se hizo dueño de la primogenitura. Por lo tanto, tanto la imprudencia de Esaú como las artimañas de Jacob les acabarían costando muy caro a Esaú.Si dos niños hicieran un trato de estas características en la actualidad, es probable que un padre interviniera y revirtiera el trato, además de pararse a hablar muy seriamente con cada uno de ellos. Sin embargo, el trato que estos dos hombres adultos hicieron se mantendría vigente, tal y como lo veremos en los siguientes capítulos. Hacer un juramento en esa época era tan vinculante como el hecho de hacer y firmar un contrato escrito en la actualidad.
El capítulo termina con lo que parece ser una declaración obvia: Esaú "menospreció" su primogenitura; no la valoró, ni tampoco la protegió. Esta decisión le traería severas consecuencias por el resto de su vida, y también tendría consecuencias incluso para el resto de la historia del mundo (Hebreos 12:16).
Génesis 25:29–34 describe un encuentro significativo que ocurrió entre los gemelos Jacob y Esaú. Esaú, el cazador, regresó a casa del campo y estaba agotado. Esaú le pidió un plato de guiso rojo a Jacob. De una manera un tanto seca, Jacob le exigió a cambio su primogenitura. Esaú aceptó el trato. Jacob, cruelmente al parecer, requirió que su hermano se comprometiera a no revertir esta transacción. De este modo, ninguno de los hermanos parece ser muy bueno después de todo.
Génesis 25 está repleto de información. Abrahán se casa con otra esposa, probablemente antes de que Sara muriera, y tiene seis hijos con ella. Abrahán murió a la edad de 175 años y fue enterrado tanto por Isaac como por Ismael en la cueva que era propiedad de la familia donde Sara había sido enterrada también. A continuación, se enumeran a los 12 hijos de Ismael, junto con la región en la que se establecieron sus tribus, al este de lo que más tarde se convertiría en Israel. Finalmente, Dios escuchó la oración de Isaac para que Rebeca se quedara embarazada y ella dio a luz a una pareja de mellizos: Jacob y Esaú, quienes acabarían enfrentándose entre sí.