Capítulo
Verso

Génesis 22:2

LBLA Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
NBLA Y Dios dijo: “Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que Yo te diré.”
NVI Y Dios le ordenó: ?Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré.
RV1960 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
JBS Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

¿Qué significa Génesis 22:2?

Incluso para aquellos que están familiarizados con este versículo, lo que Dios le pide a Abrahán nos parece algo demasiado severo. Nuestro primer instinto es pensar que esto no está bien. Habiendo seguido la historia de Dios en Génesis, a través de Su relación con Abrahán y luego, finalmente, el alegre nacimiento de Isaac, el hijo tan esperado de la promesa de Dios, estas palabras de Dios simplemente no encajan con la narrativa.

Ese, por supuesto, es exactamente el punto clave de la prueba de Dios. ¿Confiaría Abrahán en Dios aun cuando la orden de Dios no pareciera tener ningún sentido? Ese es el elemento clave que mucha gente pasa por alto al interpretar esta historia. Esta no es la primera vez que Abrahán escuchaba a Dios. Tampoco es la primera vez que Dios había actuado de una manera que Abrahán no llegara a comprender al principio por completo; y, sin embargo, en todos esos encuentros pasados con Dios, Abrahán descubrió que los planes invisibles de Dios siempre conducían hacia un resultado justo y bueno. La respuesta de Abrahán, la cual se nos muestra en el siguiente versículo, no es un acto de fe ciega, sino un acto que muestra un tipo de confianza llena de fidelidad.

La segunda manera en la que reaccionamos a esta orden de Dios es que pensamos que es demasiado cruel. Incluso sabiendo el final de la historia, nos desafía intensamente, y nos hace preguntarnos sobre el carácter de Dios. Anteriormente en Génesis, Abrahán y luego Ambimelec le habían preguntado directamente al Señor: "¿matarías al inocente?" La respuesta que Dios les dio en ambos casos fue "no". El carácter de Dios estaba justificado, tal y como lo acabará estando aquí. Mientras tanto, la orden que Dios le ha dado ahora a Abrahán nos puede parecer increíblemente severa.

La orden específica que Dios le dio a Abrahán era llevarse al hijo que amaba, el único hijo que le quedaba (Génesis 21:9–14), hacia una zona montañosa llamada Moriah, que estaba a unas 50 millas de distancia. Una vez allí, Abrahán tenía que ofrecer a Isaac como holocausto. Dios le mostraría en qué montaña tenía que hacer el sacrificio.

Un holocausto implicaba sacrificar un animal y luego quemarlo en un altar hasta que se consumiera por completo. Muchas religiones practicaban tales ofrendas. Abrahán ya le había ofrecido sacrificios de animales al Señor. Es posible que en esa época incluso se practicaran en la tierra de Canaán sacrificios humanos de niños a varios dioses falsos. Más tarde, Dios le prohibiría a Israel participar en el sacrificio de niños.
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