¿Qué significa Génesis 22:19?
Este es el versículo final de la historia que nos ha mostrado la manera en que Abrahán aceptó sacrificar a su único hijo por orden de Dios. Abrahán experimentó la bondad de Dios una y otra vez, por lo que confiaba en que Dios acabaría bendiciéndolo; al final, tal y como se lo esperaba, Dios intervino para evitar que Isaac fuera sacrificado, y también les ofreció un sacrificio de animal para continuar con la ofrenda (Génesis 22:11-13). Una vez se completó el ritual, Abrahán e Isaac volvieron a bajar de la montaña para encontrarse con los dos sirvientes de Abrahán y, juntos, volvieron de regreso a la casa de Abrahán en Berseba.Aunque Abrahán quizás no sabía exactamente lo que sucedería cuando dejó atrás a estos dos sirvientes antes de subir a la montaña, al final tuvo razón cuando dijo: "esperen aquí, con el asno, y el niño y yo iremos hasta ese lugar; allí adoraremos, y luego volveremos aquí mismo" (Génesis 22:5).
Génesis 22:1–19 tuvo lugar en el transcurso de unos días, en un momento en el que Isaac ya era quizás un adolescente. Dios le ordenó a Abrahán que sacrificara a su amado hijo. Abrahán se propuso a obedecer a Dios sin dudarlo, actuando con total confianza en que Dios, de alguna manera, arreglaría todas las cosas. Abrahán detuvo el sacrificio solo cuando el Señor intervino para que así lo hiciera. Debido a su profunda confianza y obediencia, el Señor renovó y enfatizó de nuevo la manera en la que planeaba bendecir a Abrahán y a su descendencia. Además, prometió bendecir a todas las naciones a través de la descendencia de Abrahán.
En una prueba de fe y obediencia, Dios le ordena a Abrahán que haga algo terrible: matar y ofrecer a su hijo Isaac, a quien amaba profundamente, como holocausto. Abrahán acepta obedecerle a Dios sin dudarlo, habiendo finalmente aprendido a confiar en la bondad de Dios por encima de su propio entendimiento. En lugar de permitir que el niño fuera sacrificado, el Señor llamó a Abrahán momentos antes de que matara a Isaac, quien estaba atado sobre un altar. Debido a la obediencia de Abrahán, Dios renueva y enfatiza Sus promesas, y le dice que le bendecirá a él, a su descendencia y le dará la victoria sobre sus futuros enemigos.