Capítulo
Verso

Génesis 22:12

LBLA Y el ángel dijo: No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único.
NBLA Y el ángel dijo: “No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada. Porque ahora sé que temes (reverencias) a Dios, ya que no Me has rehusado tu hijo, tu único.”
NVI ?No pongas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas ningún daño —le dijo el ángel—. Ahora sé que temes a Dios, porque ni siquiera te has negado a darme a tu único hijo.
RV1960 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.
JBS Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; que ahora conozco que temes a Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único;

¿Qué significa Génesis 22:12?

Abrahán se estaba preparando para matar a Isaac mientras yacía atado en un altar, lo cual mostraba la pena confianza que había depositado en Dios. El ángel del Señor detiene Abrahán ahora llamándolo desde el cielo, mientras Abrahán estaba sosteniendo el cuchillo. El ángel del Señor lo deja claro: "no extiendas tu mano sobre el niño, ni le hagas nada". Este había sido el plan de Dios desde el principio, y Abrahán había pasado la prueba de fe que Dios le había impuesto.

El ángel del Señor, quien en realidad era el Señor, prosigue: "yo sé bien que temes a Dios, pues no me has negado a tu único hijo". En el Antiguo Testamento, especialmente, "temer a Dios" significa tener el suficiente respeto y reverencia por el poder y la justicia del Señor que hagan que le obedezcamos por encima de todas los demás personas. La prueba de Dios satisfizo la pregunta de si Abrahán temía a Dios o no de una vez por todas.

La fe de Abrahán, debemos notar, no es ignorante ni ningún tipo de fe ciega, sino que Abrahán está eligiendo confiar en Dios como resultado de las experiencias anteriores que había tenido con Dios. Una y otra vez, Dios había demostrado que Abrahán no necesitaba entender todos los detalles de cada situación, simplemente necesitaba obedecerlo. Dios obrará para demostrar Su propia justicia al final. Aquí, de nuevo, se demuestra que este es el caso, aunque de una forma mucho más directa y dramática.

El Señor se refiere nuevamente a Isaac como "tu hijo, tu único hijo". Es importante que nos demos cuenta del paralelismo que hay aquí con Juan 3:16: "porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna".
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