¿Qué significa Santiago 2:20?
Durante los versículos anteriores, Santiago ha intentado hacer una distinción clara entre una "fe" que está muerta y una fe que está viva y nos salva. Una fe falsa no produce buenas obras. Las obras no nos salvan, y Santiago no está diciendo que se requieran obras para alcanzar salvación. Al mismo tiempo, Santiago dice que incluso los demonios tienen una especie de "fe" al creer que Dios existe. Sin embargo, la fe que salva es el tipo de fe que resulta en acción.Santiago no está diciendo que la fe no importe, y tampoco está negando la realidad de que mediante la fe alcanzamos la salvación por la gracia de Dios (Efesios 2:8–9), sino que simplemente está diciendo que una "fe que salva" es algo más que una mera opinión. Santiago está de acuerdo con lo que Pablo escribió en Efesios 2:10: que el Dios que nos salvó por Su gracia mediante la fe—y en ningún sentido mediante las obras—planeó desde el principio que sus hijos creyentes hicieran buenas obras, "para que vivamos de acuerdo con ellas". Eso es lo que hacen los verdaderos creyentes.
Con este breve versículo, Santiago se prepara para presentar sus argumentos finales para respaldar la verdad de que una fe genuina siempre resulta en buenas obras, y deja bastante claro que quienes no están de acuerdo con esto son tontos. Santiago le pregunta a la persona hipotética con la que está hablando, la misma que desafió a Santiago en el versículo 18, si quiere que le muestre o quiere ver evidencia de que una fe sin obras es una fe inútil y que está muerta.