¿Qué significa Santiago capitulo 3?
Las palabras y la sabiduría son el tema central del capítulo 3 de Santiago. Tanto la sabiduría del mundo como las cosas que decimos sin pensar siempre nos llevan hacia la destrucción. Quienes confían en Dios saben que la filosofía del mundo no nos ayudará a vivir de una manera fiel.Primero, Santiago habla de la lengua, y dice que la lengua es increíblemente poderosa y no se puede controlar por completo. Si una persona pudiera controlar perfectamente lo que dice habría alcanzado el control total de cada aspecto de su cuerpo y de toda su vida. Sí, la lengua es pequeña, pero también lo es el freno en la boca de un caballo, el timón de un barco o la chispa que enciende un bosque. Santiago dice que la lengua es un fuego que se puede extender por nuestra vida, el cual se origina en el mismo infierno. Santiago dice que es como un veneno mortal que puede causar muchísimo daño.
De hecho, insiste Santiago, no se puede controlar la lengua, por lo que no debemos tener esperanza de que un día podremos hacerlo, simplemente porque todos somos pecadores. Las personas no deberían usar sus bocas para bendecir y maldecir a los demás, eso no tiene sentido y además es pecado. Es tan extraño como que de un mismo manantial pudiera salir agua salada y agua dulce, o como que de un olivo pudieran crecer higos. Sin embargo, los seres humanos somos pecadores, y a veces bendecimos y maldecimos con la misma lengua.
A continuación, Santiago habla sobre la cuestión de la sabiduría, insistiendo en que la sabiduría es el conocimiento aplicado, algo de lo que ya habló durante el capítulo 2, donde dijo que lo que una persona cree se demuestra a través de lo que hace. Específicamente, en este capítulo, Santiago dice que las personas que son sabias hacen buenas obras que surgen de la humildad de su sabiduría. Santiago está de acuerdo con Salomón, quien dijo en Proverbios que la sabiduría siempre requiere humildad.
En cambio, la sabiduría del mundo no viene de Dios. En lugar hacernos más humildes, la sabiduría mundana nos hace centrarnos en nosotros mismos, en lo que queremos (lo cual produce envidia) y luego hacemos un plan para conseguirlo a toda costa (lo cual produce una ambición egoísta dentro de nuestro corazón). Según el mundo, el éxito está en conseguir todo lo que queremos en esta vida.
Santiago dice que eso no es así, ya que cuando creemos en esa filosofía del mundo todo acaba en el desorden, el caos y la maldad que vemos en el mundo. La sabiduría de Dios nos ofrece una manera vivir totalmente diferente. Debido a que confiamos en que Dios nos dará lo que necesitamos, podemos dejar de lado la envidia y las ambiciones egoístas, y podemos llevar una vida basada en la paz, la gentileza, la razonabilidad, la bondad y mucho más. Además, podemos ayudar a plantar la paz y ayudar a cosechar la justicia.