¿Qué significa Mateo 15:9?
En respuesta a las críticas de que Jesús no honraba las tradiciones de los fariseos y los escribas, Jesús dijo que eran hipócritas. En realidad, esta no habría sido la reacción que esperaban ver cuando vinieron desde Jerusalén para enfrentarse a Jesús acerca del comportamiento de Sus discípulos (Mateo 15:4–8).Jesús está citando un pasaje que probablemente conocían muy bien: Isaías 29:13, el cual contiene las palabras que el Señor le había dicho a Isaías acerca de los israelitas de esa generación. Este intercambio con Jesús les reveló que las palabras de la profecía de Isaías también se les aplicaba a los líderes religiosos de Israel. Los corazones de los israelitas en los días de Isaías estaban lejos de Dios, a pesar de que honraban al Señor usando "los labios".
Jesús completa aquí Su cita diciendo que la manera en que adoraban a Dios era inútil, ineficaz y no tenía sentido. Esto se debía a que están enseñando sus tradiciones como si fueran los mandamientos que Dios mismo les había dado.
Esta acusación de Jesús era imposible evitarla: la última parte de la cita de Isaías representaba exactamente la razón por la que los fariseos habían venido. Estaban atacando a Jesús y Sus seguidores por haber ignorado sus rituales y tradiciones acerca de lavarse las manos antes de las comidas. Dios jamás le obligó al pueblo de Israel a hacer algo así. Por lo tanto, este era uno de los "mandamientos de los hombres", y Jesús lo trataba de esa manera, revelando así la hipocresía de los fariseos.
Mateo 15:1–9 describe a unos fariseos y escribas de Jerusalén que vinieron a desafiar a Jesús. Se quejaron porque los discípulos de Cristo aparentemente ignoraron la práctica de los fariseos de lavarse ritualmente antes de comer. Jesús les hace una pregunta: ¿por qué permiten que la gente quebrante el mandamiento real de Dios de que las personas deben honrar a sus padres? Jesús dice que ellos anularon la Palabra de Dios por causa de su tradición. En verdad, criticaban a los que ignoraban sus mandamientos, pero ellos mismos ignoraban los mandamientos de Dios. Entonces, Jesús les aplica a estos fariseos unas palabras que el Señor mismo comunicó a través de Isaías acerca de los israelitas de su época, diciendo que estos fariseos honraban al Señor con sus palabras mientras que sus corazones no lo hacían; adoraban a Dios en vano, enseñando reglas humanas como si fueran doctrinas.
Algunos fariseos y escribas vinieron de Jerusalén para desafiar a Jesús. Se habían ofendido porque Sus discípulos rompieron la tradición de los líderes religiosos sobre el ritual de lavarse las manos antes de las comidas. Entonces, ¡Jesús le dio la vuelta a ese ataque, y señaló que sus críticos honraban su propia tradición por encima de los mandamientos reales de Dios! Jesús dice que nadie se contamina por lo que entra por la boca, sino por la manera en que el espíritu se expresa, como las palabras que salen de la boca. Jesús y los discípulos deciden marcharse de Israel. Jesús expulsa a un demonio de la hija de una mujer cananea que fue muy persistente. Después viajan al lado sureste del Mar de Galilea, donde Jesús alimenta a miles de personas con unos pocos panes y unos peces. Estos dos últimos eventos fueron los que finalmente establecieron la eventual difusión del evangelio más allá del pueblo de Israel.