Capítulo
Verso

Mateo 15:22

LBLA Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada.
NBLA Entonces una mujer Cananea que había salido de aquella región, comenzó a gritar: “Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada.”
NVI Una mujer cananea de las inmediaciones salió a su encuentro, gritando: ?¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.
RV1960 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
JBS Y he aquí una mujer cananea, que había salido de aquellos términos, clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija esta enferma, poseida del demonio.

¿Qué significa Mateo 15:22?

Jesús hizo un esfuerzo para alejarse por completo de Israel y se marchó al territorio gentil pagano situado al este de Galilea. Incluso en esa área, sin embargo, parece que al menos algunas personas lo conocían. Esto es un tanto irónico, ya que Jesús habló anteriormente sobre esta región de "Tiro y Sidón" cuando criticó la terquedad de Israel (Mateo 11:20–24).

En este momento, una mujer cananea que no era israelita vino para verlo. Ella estaba llorando y le pidió a Jesús que tuviera misericordia, y se dirigió a Jesús diciendo "Señor, Hijo de David". La referencia de esta mujer indica que ella sabía algo sobre Israel y el judaísmo. Ella le dijo a Cristo que su hija estaba siendo oprimida por un demonio. Jesús le contesta de una manera diferente, pero con la intención de enseñarnos una lección importante (Mateo 15:23, 28).

La opresión y la posesión demoníaca eran comunes en el mundo de esa época. La existencia de los demonios no se debatía en absoluto. De hecho, muchas personas vieron a otros siendo atormentados por demonios con demasiada frecuencia como para llegar a dudar que de hecho existían. Algunos de los síntomas de la opresión demoníaca que se observan durante el Nuevo Testamento incluyen un cambio drástico de personalidad, negarse a usar ropa, tener una fuerza sobrenatural, volverse violento, enfermedades, volverse mudo o sordo, y autolesionarse intencionalmente.
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