¿Qué significa Mateo 15:34?
Al igual que la última vez que Jesús alimentó milagrosamente a una multitud (Mateo 14:13–21), Jesús les pidió a los discípulos que contaran toda la comida que tenían a su disposición (Mateo 15:32–33). La cantidad es extrañamente similar: tenían siete panes y unos pocos peces.En ambos casos, Jesús se sirvió de lo poco que tenían los discípulos y lo usó para convertirlo en una gran comida. De hecho, Dios seguirá haciendo esto por ellos a lo largo de sus años de ministerio mientras continuaron llevando el evangelio de Jesús alrededor del mundo; Dios usó sus debilidades y su poco conocimiento para que muchas más personas pudieran formar parte del reino de los cielos (Juan 14:12). Este milagro enfatiza que esta misión era una misión mundial; por tanto, tanto los israelitas como los gentiles pueden formar parte del reino de Dios.
Mateo 15:32–39 describe otra alimentación milagrosa aparte de la que ocurrió anteriormente en la que Jesús alimentó a unas veinte mil personas (Mateo 14:13–20). Jesús sintió compasión por esa gente porque estuvieron con él durante tres días, y quería darles de comer antes de que se fueran. Entonces tomó siete panes y los pocos pescados que tenían los discípulos y le pidió a todo el mundo que se sentara. Jesús dio gracias y comenzó a repartir comida entre los discípulos, quienes a su vez la repartieron hasta que todos comieron hasta saciarse. En esa multitud había cuatro mil hombres más mujeres y niños. Si bien la primera alimentación milagrosa fue para una multitud mayoritariamente judía, esta multitud estaba formada casi en su totalidad por gentiles. Después de irse, los discípulos regresaron al territorio judío situado en la orilla occidental del Mar de Galilea.
Algunos fariseos y escribas vinieron de Jerusalén para desafiar a Jesús. Se habían ofendido porque Sus discípulos rompieron la tradición de los líderes religiosos sobre el ritual de lavarse las manos antes de las comidas. Entonces, ¡Jesús le dio la vuelta a ese ataque, y señaló que sus críticos honraban su propia tradición por encima de los mandamientos reales de Dios! Jesús dice que nadie se contamina por lo que entra por la boca, sino por la manera en que el espíritu se expresa, como las palabras que salen de la boca. Jesús y los discípulos deciden marcharse de Israel. Jesús expulsa a un demonio de la hija de una mujer cananea que fue muy persistente. Después viajan al lado sureste del Mar de Galilea, donde Jesús alimenta a miles de personas con unos pocos panes y unos peces. Estos dos últimos eventos fueron los que finalmente establecieron la eventual difusión del evangelio más allá del pueblo de Israel.