¿Qué significa Génesis 31:31?
Después de perseguir a Jacob durante una semana, Labán finalmente alcanzó a su yerno mientras estaba huyendo, y descargó airadamente todas sus acusaciones sobre él. La más seria de estas acusaciones es que Jacob supuestamente había robado los dioses de la casa de Labán: pequeños ídolos que podrían haber sido considerados como tótems de protección, o incluso como una forma de demostrar el derecho que alguien tenía a reclamar una herencia. Lo que Jacob no sabe es que su amada esposa Raquel había sido quien los había robado (Génesis 31:19). Dada la respuesta de Jacob, está claro como el agua que él no se había dado cuenta de que alguien los había robado.Aquí, Jacob responde a la confrontación de Labán. Jacob le explica la razón por la que no le había dicho nada a Labán antes de irse. En resumen, Jacob tenía miedo de que Labán le quitara a Raquel y a Lea por la fuerza. En otras palabras, Jacob creía que tenía más posibilidades de quedarse con sus esposas e hijos escabulléndose que diciéndole abiertamente a Labán que se iba.
Llegando a este punto de la historia de Génesis, lo que Jacob pensaba tenía sentido, ya que hemos visto a Labán engañar, mentir, manipular y amenazar a otros continuamente (Génesis 29:20–28; 30:31–36). Hablando legalmente, en esa época, también era posible que Labán tuviera una base legal para afirmar que todo lo que le pertenecía a Jacob, quien había vivido como su siervo por algunos años, era en realidad propiedad de Labán.
Jacob responderá precipitadamente a la acusación de Labán de haberle robado los dioses durante el siguiente versículo.
Génesis 31:22–42 nos relata la manera en que Labán persiguió a Jacob y a su gran caravana, después de enterarse de que su yerno se había ido de vuelta a Canaán sin decírselo. Tardó una semana, pero al final Labán los alcanzó. Aunque Dios le advirtió en un sueño que no le hablara a Jacob "bien, y después acabara mal", Labán en cambio le expresó su dolor a Jacob y lo acusó de haberle robado los ídolos de su casa. Labán buscó los ídolos entre la caravana y finalmente no los encontró, ya que Raquel los había escondido sin que Jacob supiera nada. Jacob finalmente compartió todas sus quejas con Labán sobre el trato tan injusto que había recibido a pesar de haberle servido fielmente durante veinte años.
Génesis 31 describe la difícil separación que finalmente ocurrió entre Jacob y Labán, su suegro y el había sido su jefe durante veinte años. Durante ese tiempo, Jacob había sido maltratado y engañado de forma rutinaria. Después de que Dios le dijera que regresara a la tierra de Canaán, Jacob reunió a sus esposas, a sus hijos y todas sus posesiones y se fue sin decírselo a Labán. Labán pronto lo alcanzó con un gran séquito a sus espaldas. Finalmente, Labán y Jacob se enfrentaron amargamente. Sin embargo, finalmente hicieron un pacto de separación y se despidieron pacíficamente.