Capítulo

Génesis 31:29

LBLA Tengo poder para hacerte daño, pero anoche el Dios de tu padre me habló, diciendo: “Guárdate de hablar nada con Jacob ni bueno ni malo.”
NBLA Tengo poder para hacerte daño, pero anoche el Dios de tu padre me dijo: ‘De ningún modo hables a Jacob ni bien ni mal.’
NVI Mi poder es más que suficiente para hacerles daño, pero anoche el Dios de tu padre me habló y me dijo: “¡Cuidado con amenazar a Jacob!”
RV1960 Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.
JBS Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de vuestro padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no digas a Jacob ni bueno ni malo.

¿Qué significa Génesis 31:29?

Labán está enfrentándose a Jacob por haberse ido en secreto. Jacob se había ido con sus esposas e hijos y todas sus posesiones sin decirle una palabra a su suegro y patrón, Labán. Labán concluye aquí diciendo que él, de hecho, tenía el poder de hacerle daño a Jacob. Quizás quiere decir que tenía la capacidad de dañar físicamente a Jacob y/o quitarle por la fuerza lo que Labán pensaba que era suyo; o quizás Labán podría querer estar diciendo que estaría dentro de sus derechos legales el hecho de restringir a Jacob, sus esposas, sus hijos y sus pertenencias, considerarlo todo como parte de su propiedad y quedarse con todo de nuevo.

Sea lo que sea lo que quisiera decir, aquí también le dice a Jacob que no lo hará. ¿Por qué? El Dios del padre de Jacob le advirtió que no le dijera algo bueno que acabará siendo malo (Génesis 31:24). La clave de esa expresión es que Dios no quería que Labán contradijera a Jacob. Con esta declaración de Labán, Jacob recibió aún más evidencia de que Dios estaba con él, protegiéndolo, incluso de su propio suegro.

Es interesante que Labán reconozca al Señor como el Dios de Isaac, el padre de Jacob. Labán recordaría bien el momento en el que el criado de Abrahán llegó a su casa muchos años antes para encontrarle una esposa a Isaac. El criado le había dicho repetidamente que Dios estaba con su amo. Entonces, Labán continuó creyendo que el Dios de Abrahán, Isaac y ahora Jacob era un Dios poderoso que estaba con ellos y los estaba protegiendo continuamente.
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Resumen de contexto
Génesis 31:22–42 nos relata la manera en que Labán persiguió a Jacob y a su gran caravana, después de enterarse de que su yerno se había ido de vuelta a Canaán sin decírselo. Tardó una semana, pero al final Labán los alcanzó. Aunque Dios le advirtió en un sueño que no le hablara a Jacob "bien, y después acabara mal", Labán en cambio le expresó su dolor a Jacob y lo acusó de haberle robado los ídolos de su casa. Labán buscó los ídolos entre la caravana y finalmente no los encontró, ya que Raquel los había escondido sin que Jacob supiera nada. Jacob finalmente compartió todas sus quejas con Labán sobre el trato tan injusto que había recibido a pesar de haberle servido fielmente durante veinte años.
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Resumen del capítulo
Génesis 31 describe la difícil separación que finalmente ocurrió entre Jacob y Labán, su suegro y el había sido su jefe durante veinte años. Durante ese tiempo, Jacob había sido maltratado y engañado de forma rutinaria. Después de que Dios le dijera que regresara a la tierra de Canaán, Jacob reunió a sus esposas, a sus hijos y todas sus posesiones y se fue sin decírselo a Labán. Labán pronto lo alcanzó con un gran séquito a sus espaldas. Finalmente, Labán y Jacob se enfrentaron amargamente. Sin embargo, finalmente hicieron un pacto de separación y se despidieron pacíficamente.
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